LAS FILIGRANAS DE PERDER

agosto 09, 2010

Ganadores y Finalistas del Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista


El Movimiento Literario Independiente "Las Filigranas de  Perder" y la organización del Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista, se complacen en publicar el listado completo de Ganadores y Finalistas del Concurso, a quienes enviamos nuestras felicitaciones y nuestro agradecimiento por su participación.

Cada categoría en cada idioma contó con su propio jurado. Los nombres de los jurados y de todos los colaboradores de la organización, están publicados al final de esta nota.

Para leer cada texto, por favor haga clic sobre el nombre el mismo.

PORTUGUÉS
*Cuento*
-Ganador
Seudónimo: Dias Campos
NOMBRE: Jose Luis Dias Campos Junior
NACIONALIDAD: Brasilero
RESIDENCIA : Sao Paulo, Brasil

-Finalista
Seudónimo: Ventura
NOMBRE: Márcia Regina de Araujo Duarte
NACIONALIDAD: Brasilera
RESIDENCIA : Río de Janeiro, Brasil

*Poesía*
-Ganador
Obra: Propósito.
Seudónimo: Jose Roberto
NOMBRE: Jose Roberto Gudes de Olveira
NACIONALIDAD: Brasilero
RESIDENCIA : Sao Paulo, Brasil

-Finalista
Seudónimo: Poetisa do mar
NOMBRE: Leinecy Pereira Dorneles
NACIONALIDAD: Brasilera
RESIDENCIA : Río Grande, Brasil

ESPAÑOL
*Cuento*
-Ganador
Obra: Chocolate.
Seudónimo: MU ZYSLAK
NOMBRE: Sergio Eduardo Gama Torres
NACIONALIDAD: Colombiano
RESIDENCIA : Bogotá, Colombia

-Finalistas
Seudónimo: Brisa del mar
NOMBRE: Luz del Alba Nicola
NACIONALIDAD: Uruguaya
RESIDENCIA : Canelones, Uruguay

Seudónimo: Isis
NOMBRE: Bethy Magyory Forero Barrera
NACIONALIDAD: Colombana
RESIDENCIA : Bogotá, Colombia

Seudónimo: Pastillita Impaciente
NOMBRE: Pamela Alejandra Astudillo Sagredo
NACIONALIDAD: Venezolana
RESIDENCIA : Buenos Aires, Argentina

*Poesía*
-Ganador
Obra: Victoria.
Seudónimo: Guerrero del arcoiris
NOMBRE: Juan Pablo Lazo Ureta
NACIONALIDAD: Chileno
RESIDENCIA : Viña del Mar, Chile

-Finalista
Seudónimo: Cecylmya
NOMBRE: Cecilia Ávila Vásquez
NACIONALIDAD: Colombiana
RESIDENCIA : Bogotá, Colombia

FRANCÉS
*Poesía*
-Obra seleccionada fuera de concurso
Seudónimo: lla Gilarik
NOMBRE: Francois Fournet
NACIONALIDAD: Francés

JURADOS
*Español*
Diyireth Goretti Romero López (Cuento)
María Asunción Blanco (Cuento)
Lilí Muñoz Obeid (Cuento)
Manuel Pachón (Poesía)
María Eugenia Campos  (Poesía)
María José Arques Cano (Cuento)
Norys Odalía Saavedra Sánchez (Poesía)

*Portugués*
Angela Maria Meili (Cuento)
Gladys Mendía (Cuento)
Graça Graúna (Poesía)
Paulo Monti (Poesía)
Susanna Busato (Cuento)

Más información en http://sites.google.com/site/concursomundialpacifista.

Victoria


VICTORIA

Juan Pablo Lazo Ureta

Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista.
Ganador - Poesía - Español



Dibujo banderas de profecía

Maduran las semillas de la paz

    Jallalla Ñuque Mapu

Resuena el llamado en la piel del animal

Y despierta el dragón de la memoria
   
serpiente emplumada

kundalini hacia el águila

marici weu hacia el cóndor   

Siembra el jardín

Contempla el bosque

La federación de las galaxias

El círculo y la unión

Rezo por la Madre Tierra

Con esta poesía en el sendero

Medicina del corazón

        Bailo

Para que todos los colores brillen en el arco del Cielo

Lágrimas y Cielo


LÁGRIMAS Y CIELO

Cecilia Ávila Vásquez

Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista.
Finalista - Poesía - Español



LAGRIMAS.
Lagrimas del cielo
bañan el alma herida
de pueblos en guerra.

Millones de almas
laceradas en desbandada
odio e impotencia.
Corazones que les cae la piel
otoño de rojo en gotas.

Sangre que corre
un solo río
tiñendo agua transparente,
amontonando cuerpos
en sus orillas secas y crujientes.

Tornándose  morados
Inflamándose  las almas
de pasos quebrados
recogiendo sus muertos.
Piedad del viento
que conmovido cubre el miedo
de los hombres.

Lagrimas de la luna
maternal  luz
iluminando uno a uno,
cadáveres  duros
como el profundo de  sus  asesinos.

Sinfonía  de  destrucción
carnaval de armas nucleares,
tristeza en las entrañas del mar
lamento  que levanta olas,
muralla  a las fragatas
escudo queriendo detener,
la oscuridad de los hombres.

Esqueletos vivientes
con la muerte hasta en los sueños,
creativa violencia
para desmoronar ciudades
en un abrir y cerrar de ojos,
de sirenas desaparecidas
de la fantasía de los marineros.
de los cuentos de los niños.

Estrellas  del firmamento
inquietas al fuego multicolor,
que explota y cae
arrastrando los diamantes nocturnos,
¡cayendo a la tierra!
en las manos de infantes
en el pecho de las madres.

Lagrimas en el desierto,
huellas del  paso de profetas
pisoteadas de carros armados,
dátiles  e higos en espera
de peregrinos místicos,
espejismo vivo
de ejércitos hombres de metal,
pisotean el perfume del jazmín
y venden el aroma de difuntos lejanos.

Lagrimas del sol
calor  al  joven militar agónico
dorado en el vestido de las viudas
secando el llanto del anciano
de ojos y brazos abiertos al inmenso.

Y CIELO.

Fiesta de los pueblos
en la línea de frontera
 un solo grito al azul alto
millares de  corazones abiertos
un solo clamor y canto.

Manos trenzadas
cadena de amor
unidas  como  los Andes
así sean nuestras fuerzas
de Argentina a la India
que la tierra se mueva
se desmoronen las murallas
dentro de nosotros
el primer paso sea fraternal
del anfitrión y forastero .

Todos los tamboreros del mundo
al unísono
bailarinas en las calles de las metrópolis
mariposas jugueteen
en los oxidados cañones abandonados
las metralletas y bombas
no aparezcan ni en los periódicos
que se entierre la guerra con sus miedos.

Origami  de barquitos
navegando océanos con banderas blancas
atracando en el puerto de Estambul
a la mirada curiosa y brillante
de Ali y sus amigos
fumando el narguile
y una canción espera la noche.

Me calienta mi erizada piel
el turbante rojo del pasajero pakistaní
en el frío metro de la visitada Roma.
Las coloradas faldas de gitanas
pintan la mañana gris.

Se apagan solas  las velas
en los velorios
los vestidos negros
no van a los funerales.
Los sepultureros
han declarado huelga vitalicia
y los fabricantes de ataúdes
han cerrado sus talleres.

Tarareen los bebes
en sus arrullos de cuna
el juego preferido en la escuela
después del partido de fútbol.

La felicidad del soldado
encuentro con su novia
los sueños de paz
mi pluma ya está soñando
y muchas plumas en el planeta
que se escriba en toda la tierra
en el mar canten las sirenas
se bese el inmenso mar
con el infinito cielo.

Los poetas del mundo
en todas las lenguas
en los cielos escriban con estrellas la palabra
indeleble paz.

Chocolate


CHOCOLATE

Sergio Eduardo Gama Torres

Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista.
Ganador - Cuento - Español



Agostado, salió tarde de la oficina. Había sido un día durísimo tan lleno de trabajo que no tuvo tiempo para almorzar, apenas pudo comerse unas galletas viejas que había guardado en el escritorio el mes pasado.

Ya en la calle, se sintió abrumado por el frío y la llovizna. No había salido en todo el día, ni siquiera a la ventana y llegó a sentir el bochorno del cubículo como la temperatura de la ciudad.

–Qué frío tan… –fue interrumpido por algo impensable, algo que jamás habría esperado: un olor.

Volteó la cabeza a ambos lado de la calle, buscando, con la mirada, un olor delicioso, dulce y amargo, exquisito, fuerte y con carácter, perfecto, seductor y embriagador. Empezó a desesperar, no encontraba qué lo estaba produciendo y comenzaba a disiparse.

Llegó una nueva oleada. De nuevo: delicioso, dulce, amargo, exquisito, perfecto, seductor y embriagador, el mejor aroma que podría haber. Esta vez ubicó la fuente: una nueva panadería a unos pocos pasos de la entrada del edificio donde trabajaba.

Desde la puerta de la panadería se sintió desfallecer, estaban sacando los últimos panes del día (o mejor de la noche), que debían estar frescos para la mañana siguiente: franceses, blanditos, de queso, calentanos, integrales, de granos, de leche, de mantequilla, todos calientes, todos recién salidos del horno y todos emanando un olor potente que sólo exacerbaba su hambre. Además, como si eso fuera poco, también estaban recién hechos los roscones de bocadillo, los corbatines y las mariposas cubiertas de chocolate.

Todo se veía delicioso, humeante de frescura, exquisito, y, aunque potenciaba su hambre, no era perfecto, ni seductor, ni embriagador: no era lo que buscaba.

Otra oleada. Casi explota, casi pierde la razón. La fuente estaba a su lado, casi debajo de su nariz: delicioso, dulce, amargo, perfecto, seductor y embriagador, el mejor aroma que podría haber: pan con chispas de chocolate, ¡chocolate!, ¡CHOCOLATE!

Cálido, hedonista, obsceno, corrosivo, ostentoso, lascivo, arrollador, terrible y embriagador, sólo podría ser una cosa, sólo era una cosa: el chocolate fresco y caliente que llenaba todos esos panes junto a él: casi de 40 centímetros de largo y 7 de diámetro, cubierto y relleno de innumerables chispas de chocolate, todas aún calientes.

Con sólo ver los panes supo que su cubierta debía estar crujiente, que su interior debía estar fresco y su chocolate irresistible; casi pudo saborearlos con sólo verlos. Sus ojos sentían el dulce del azúcar perfectamente medido, su nariz lograba palpar, en el aroma, la fuerza de la corteza y la suavidad de su interior.

Tranquilo, tranquilo, pensó tratando de revivir su razón abatida por los biscochos a la venta. No tengo mucha plata, intentó razonar, y en casa seguro que mi mamá preparó algo bien rico, además, como están las cosas en la oficina, es mejor ahorrar ¡CHOCOLATE! ¡PAN CON CHISPAS DE CHOCOLATE! ¡CHOCOLATE!

De nuevo ese olor. Tal vez no sea muy caro o pueda comprar medio pan y me quede de sobra para el bus: tengo $2.500 y, de por sí, el bus cuesta $1.200, se decía, ¿Dónde estará el precio del pan? ¡CHOCOLATE! ¡PAN CON CHISPAS DE CHOCOLATE! ¡CHOCOLATE!

Antes de poder reaccionar, ya había comprado el pan, estaba afuera y sin un peso en su bolsillo, pues el pan costaba más de lo que esperaba y no lo vendían en porciones.

Ya con el pan en sus manos pudo corroborar todo lo que antes había sentido, sí estaba caliente, sí estaba crujiente y tan fresco que casi se le salían las lágrimas, además el olor se volvió absolutamente enloquecedor entre más lo acercaba para morderlo. Lo mordió. En realidad era delicioso, dulce, amargo, exquisito, perfecto, seductor y embriagador, el mejor aroma y el mejor sabor que podría haber: pan con chispas de chocolate, ¡chocolate!, ¡CHOCOLATE!

Pasaron pocos segundos, pero para él pudieron ser horas, días, una eternidad: el pan se deshacía en su boca, el chocolate llenaba su garganta y esa masa dulce y exquisita iba de camino a su estómago.

–¿Me regala una moneda?

–¿Ah? –abrió los ojos; ese orgasmo de pan se los había cerrado. Frente a él tenía a un hombre andrajoso, avejentado y mojado por la llovizna que había caído durante todo el día–… ¿una moneda?, no, qué pena, no tengo –no tenía moneda alguna.

–Y… –viendo el pan que había mordido– ¿no me regala el pan?

–¡¿El pan?!, ¡Qué le pasa!... no, qué pena, pero no.

–No sea huevón, no se haga chuzar por un pan –dentro de la chaqueta vieja y sucia que tenía puesta, apretó un puño y se vio cómo una figura alargada se pronunciaba–, no sea pendejo y deme el pan…

–No, chúceme si quiere, pero no le voy a dar el pan –lo alejó del hombre que lo amenazaba e interpuso su cuerpo protegiendo el pan.

El otro hombre sacó el puño del bolsillo y dejó ver que aquello con que lo amenazaba tan sólo era su dedo gordo levantado.

–Mire –bajó el tono y trató sonar amable–, tengo hambre, hoy ha sido un día duro, como ha llovido y todo, no ha salido nadie por la calle y no he podido ni comer… nada, no he comido nada de nada…

–Qué pena, me da mucha lástima, pero no es problema mío; no es culpa mía que usted no tenga qué comer. Este pan –lo puso donde el otro pudiera verlo– es lo único que tengo en este momento –era cierto, se había gastado todo su dinero y debería caminar media ciudad para llegar hasta su casa.

–Pues jódase gran huevón –le dijo y de un salto agarró el pan.

Ambos forcejearon, ninguno soltaba el pan ni cedía un milímetro: poco a poco el pan se fue desmoronando y, poco a poco, se fue deshaciendo hasta que los mendrugos que quedaban cayeron al suelo, a un charco lleno de agua, barro y orines de perro.

Sus narices estaban a tan sólo unos centímetros y la furia de ambos hombres crecía y crecía, a medida que el hambre de los dos aumentaba y la llovizna deshacía los rastros del pan, ¡DEL PAN CON CHISPAS DE CHOCOLATE!

Por varios minutos se vieron directo a los ojos, ninguno se movía ni retrocedía en lo más mínimo. Ambos estaban inundados por el odio y la furia, y ni siquiera la llovizna que disolvía el pan, parecía capaz de disolver la situación.

El cielo se cerró totalmente y comenzó una torrencial lluvia que dejó a los dos hombres sin nada en sus bolsillos, hambrientos, mojados de pies a cabeza y ante una masa de harina y chocolate que desaparecía. Furiosos, ambos alzaron al tiempo sus manos derechas y las pusieron en el hombro izquierdo del otro, dando dos palmaditas, se dieron la vuelta al tiempo y se fueron con la cabeza baja: uno, rumbo a su casa que estaba a media Bogotá de distancia, el otro, a unas calles cercanas donde podría mejorar su suerte y, tal vez, hallar algo de comida. Ambos se fueron con el recuerdo del pan, del pan con chispas de chocolate, ¡CHOCOLATE!

Una voz desde la roca


UNA VOZ DESDE LA ROCA

Luz del Alba Nicola

Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista.
Finalista - Cuento - Español



En esta lengua de tierra se despertó mi voluntad de hablar, por eso te ruego que me escuches quienquiera que seas. No aceptaré estar presumiendo de ser el único ser vivo de este planeta. ¡No! Eso me sumiría en una angustiosa soledad o, lo que es peor, me llevaría a vanagloriarme tanto de mi existencia que acabaría transformándome en una persona insoportable hasta para mí mismo. Seguro que estás sentado en una oreja de tierra, dispuesto a escuchar mi voz quebrada por los vientos. He visto los mejores amaneceres desde esta roca y he asistido a los conciertos del mar incluso en los oscuros días invernales. A veces siento que soy un espectador, reclinado cómodamente en la platea de este gran teatro, pero no quiero pensar que todo este vasto escenario haya sido montado con el único propósito de que yo lo disfrute. He aplaudido hasta rabiar cuando la ola gigante se inclinó a mis pies galantemente y luego retrocedió hasta perderse en el horizonte. Conozco a todas y a cada una de ellas. Hay una muy mañosa que siempre me salpica: cambia de rumbo varias veces, como para despistarme, y cuando creo que ya se alejó irremediablemente, entonces me sorprende con su exquisito sentido de humor. Ah, las olas… A veces me pregunto por qué este planeta tan azul, tan acuoso, ha querido mantener esta lengua de tierra en la superficie, semejando una expresión burlona. No es que se me ocurran estas cosas porque sí. Es que tuve un sueño: lo vi. como una boca babeante que sacaba la lengua. Ingenuo gesto desafiante para un viejo planeta prestigioso. Tal vez enloqueció. Le pregunté a la luna, que sabe mucho de estas cosas, si sabía algo al respecto. Me dijo que su pasado fue terrible, que tuvo que luchar contra una plaga que casi lo liquida. Él había sido generoso y la había dejado expandirse, incluso la alimentaba amorosamente como lo hace conmigo. Pero con las plagas nunca se sabe. Al menor descuido ¡zas! Y eso que ella se lo había advertido. No sé cómo ni cuando ocurrió.pero desde entonces cambió de actitud y hasta de fisonomía. Se curó definitivamente pero ya no habla más con nadie. Y la luna respeta su silencio, por eso no quiso entrar en detalles y cambió de tema. Me dijo que estaba ataviada con rocas más bellas que la mía pero que no había nadie que supiera apreciar todo su encanto. Por eso venía a visitarme todas las noches. Además porque es muy coqueta y le gusta verse reflejada en el mar, si he de ser sincero. Lo cierto es que supo cómo alejarme del tema y cuando me dí cuenta ya estaba muy entusiasmado discutiendo eufóricamente sobre otros asuntos. Le decía que no me dejo influenciar fácilmente por sus palabras… como aquel hermoso día de verano… la brisa corría cálida, inspirando malignos aires de libertad, acariciando mi delicado cuerpo tornasolado, susurrándome indescifrables sonidos armoniosos. Debo confesarte que sentí repentinos deseos de saltar. Me imaginé cayendo suavemente a los brazos maternales de las olas, dejándome llevar en una cabalgata interminable. Fue sólo un instante. No te preocupes. Nunca saltaré. Además no sé nadar. Y no puedo imaginarme lo que sería de mí sin ver otro atardecer desde mi roca. Definitivamente no saltaré nunca. El mar percibió mi breve lapso de inseguridad y se sintió satisfecho con mi decisión porque corrió presuroso a traerme un collar de algas de regalo. Realmente me conmovió, todavía lo llevo puesto. Si estuvieras sentadoen un ojo de tierra, podrías verlo. Seguramente me asemejo a un pintoresco rey sobre su trono. Pero mi natural modestia no me permite hacer tales comparaciones. Y esta roca, a veces, se parece más a un callo que a un trono. ¡Imagínate! Las lenguas, ¿tendrán callos? Porque, como podrás ver, es pequeña y rugosa. Ayer le descubrí una grieta, pero no fui a investigar. Es que no me gusta moverme mucho. Quizás tenga miedo de perder mi palco oficial. Porque desde este lugar puedo ver las cosas más claramente y hablar con más soltura. La costa es un lugar excitante. Te lo digo yo, que he vivido aquí toda mi vida. No me canso de contemplar la sensualidad con que la orilla enjuaga sus dorados cabellos en la inmensa pileta de aguas cristalinas y ahora se me antoja que esta roca es un broche de su pelo, prendidote sus bucles. Si la luna me estuviera escuchando, diría que me he contagiado de su romanticismo. Pero últimamente está callada, sumida en sus propios pensamientos. Me ha dado la impresión que ya no quiere hablar conmigo. Y la extraño. Ella bordaba hermosas hebras de plata sobre las olas mientras platicábamos. Debe ser por eso que me siento tan solo. Y tú, si estás sentado en un corazón de tierra, podrás comprender lo que te digo. No es que esté aburrido. ¿Quién podría hastiarse jamás de tanta belleza? Cuando los balones de espuma blanca volaron en el viento, uno aterrizó al costado mío y se desintegró como una efervescencia de estrellas. Lloré. Por primera vez lloré. ¡Qué efímera resulta la existencia! Aún para un simple mejillón como yo, cuidado y mimado hasta las lágrimas por este viejo planeta compasivo. Me pregunto por qué me mantendrá con vida. Dicen que un planeta no es bien estimado si no es capaz de crear a un ser con intelecto. Quizás me necesita. No debería preocuparme por estas cosas, lo sé. Pero la soledad a veces me trastorna. Soy joven, mis músculos son fuertes y mi cuerpo tiene los colores del arco iris. No me dejaré abatir por oscuros pensamientos. Te lo prometo. Pero, por favor, si estás por ahí, quienquiera que seas, ¡respóndeme!

Cosas Perdidas


COSAS PERDIDAS

Bethy Magyory Forero Barrera

Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista.
Finalista - Cuento - Español



Para Beto con amor, por enseñarme el valor de hacer lo correcto


Cerré los ojos y por primera vez, pude ver mi vida al estilo Hollywood; cada escena que pasaba era más real que la anterior; a pesar de la alta calidad fotográfica, era evidente el escaso presupuesto, no habían efectos especiales, ni robots, ni autos lujosos, ni mansiones con piscinas de 10 metros, no habían persecuciones con helicópteros, ni invasiones extraterrestres y aunque tampoco habían maquinas para viajar en el tiempo; de alguna forma o de otra  sentí como sí  volviera  al origen, al punto que me llevó a estar aquí.

La ultima persona a la que ví fue a un medico, la ultima voz que escuche fue la de mi madre y el ultimo lugar dónde estuve antes de llegar  aquí,  fue en la casa de Andrea; lo último que comí fue un enorme trozo de pan con un pedazo de queso y unos sorbos de agua de panela  y aunque doble mi ración, gracias a los mimos de doña Anita, algo dentro de mí estaba vacío.

Hay vacíos de vacíos, y aunque el todo y .la nada a veces son la misma cosa, este vacío era diferente; lo mío no era hambre y menos un indicio de enfermedad, no tenía vértigo, mareo, ni fiebre, ni siquiera tenia un resfriado.  No me dolía nada  pero sentía algo extraño en el pecho, hacia al lado del corazón, deslizándose hasta el plexo solar; frío, caliente, como una cosquilla que no te causa risa o un espasmo que no duele; el extraño síndrome apareció justo al salir de mi casa.

Salí corriendo cómo siempre, ¡Otra vez se me hizo tarde!  ¡Ahhhhhhhhhh! , me tome el desayuno en 90 segundos, ayer me había demorado 100.  Un trozo de pan en  una  mano, las llaves en la otra y  las preguntas de mi madre: llevaste todo?  ¿las llaves,?  ¿El celular? la maleta? ¿La plata? ¿Sí?  - ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! 10 metros después descubro que algo me falta, pero que probablemente esta en el fondo de la maleta o en el fondo de alguno de mis bolsillos.

Mi bolsillo izquierdo estaba roto, sé que perdí algo importante, lo sé; si lo hubiese tenido a la mano tal vez no estaría aquí, tal vez me habría podido defender de aquel ladrón que  robo a esa señora, cuando ella venía con sus hijos de la escuela.  ¿Por qué lo seguí? ¿Por qué le grité?  ¿Por qué cuando todo el mundo pide ayuda, la gente se queda mirando detrás de sus ventanas?

Andrea llamó a la policía, luego a una ambulancia, el vació del pecho se llenó con una bala y entonces, recordé que había olvidado…la indiferencia.

Mi película se esta acabando, una luz brillante llenará todo de pronto  y yo…yo seguiré siendo recordado por algunos.  Los que fueron parte de la misma,  algunos  de ellos me recordaran por años, otros por días.  Mañana mi película saldrá en algún periódico de mala muerte y aunque nadie pueda asistir a la función, unos cuantos  hablaran de mí algunos minutos. Otros recibirán las escenas más dramáticas en formatos de documentos, y  los archivaran junto a otros reportes de personas con historias similares o totalmente opuestas.

Para la mayoría de la población, mi película pasará desapercibida,  porque es un film de bajo presupuesto, sin el apoyo de los medios, ni de la casa de cultura y a pesar de que hay miles de historias similares, no tenemos comisiones humanitarias, ni a ningún grupo que hable con el gobierno, para negociar y  que muchas producciones que aún no han sido terminadas, tengan un final diferente.

Pero sí hay algo que nunca he perdido, es la esperanza; aún creo que  podemos desparecer, perder y olvidar todo lo que nos ha robado el sentido de asombro, de pertenencia,  de solidaridad y el poder de cambiar nuestro destino.

Memorias de lo que no se ve


MEMORIAS DE LO QUE NO SE VE

Pamela Alejandra Astudillo Sagredo

Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista.
Finalista - Cuento - Español


En el living, mi abuela se disponía a encender la chimenea. “Hace frío”, dijo y comenzó a colocar pequeños trozos de madera cómo quien hace un nido para poner huevos. Abrió la cartera de mamá y sacó algunos documentos que puso justo al centro del nido y luego revisó los bolsillos de la chaqueta y del pantalón de mi papá, de donde sacó otros papeles que le parecieron que contribuirían con la chimenea.

Mientras el fuego hacía su trabajo, decidió abrir las persianas de la casa, era “momento de abrirlas”, dijo. Fue entonces cuando sentimos llegar un camión que se estacionó justo frente a la casa, sentimos como un lamento el accionar de los frenos. Nunca vi el camión pero sospecho que, por el tubo de escape, salía humo.

Entonces, como ya las ventanas estaban abiertas, las persianas estaban arriba, era más que sospechoso cerrarlas de golpe con la llegada del camión. Mi abuela decidió asomarse toda ella y saludar a los militares que se bajaban y que golpeaban con la culata de una metralleta la casa de nuestros vecinos. Yo no alcanzaba a ver bien, pero veía algo, mis hermanos Albín y Roberto se juntaron conmigo alrededor de la falda de mi abuela.

Con las manos sobre la nuca salió el vecino. Lo subieron al camión.  Se fue el camión y cuando ya  advirtió que había doblado en la esquina, mi abuela cerró las ventanas. Cerró la última ventana y parecía que era de noche, pero era de mañana. El último golpe de la persiana fue como si encendiera el sonido de los aviones que comenzaron a sobrevolar, “parecen que estuvieran aquí mismo, encima”, decía mi abuela. Mientras seguía acercando más documentos a las llamas.

Se sentían explosiones y los vidrios de las ventanas temblaban. “Pueden estallar”, dijo mi abuela y nos metió a los tres en la despensa que estaba justo debajo de las escaleras. Allí, con olor a cereal y lentejas, son aromas a harinas y detergentes, junto a canastos con papas, zanahorias y cebollas, pasamos esa mañana jugando a adivinar qué cosas tocábamos en la oscuridad.

Albín me pasaba una papa y yo debía adivinar qué cosa era. “Es una papa”. ¿Y esto? “Lentejas” y ¿Esto? “mmm parece un jabón”. De vez en cuando abríamos la puerta de la despensa y veíamos que mi abuela seguía quemando cosas y nos indicaba con el dedo que cerráramos la puerta. Roberto dijo varias veces que él no quería jugar. Pero Albín seguía pasándome cosas, y me preguntaba suavecito: ¿Y esto?

Debe ser horrible estar ciego, dije. Entonces, Roberto preguntó: ¿No vieron al vecino? Cuando se lo llevaron le pegaron los ojos con cinta de embalar. Albín dijo: “Yo no vi nada”, y “yo tampoco”. “Baaaah”, dijo Roberto, “ustedes nunca ven nada”.

Que dit la paix?


QUE DIT LA PAIX?

Francois Fournet

Concours Mondial de Conte et Poésie Pacifiste.
Ouvrage choisi hors du concours - Poésie - Français



La paix ne se dit pas,
elle chante.
Comme l’eau qui roule
sur les pierres du chemin,
comme ses reflets
qui luisent comme on crie,
comme sa lumière donnée
pour abreuver les yeux.
Tu ne saisiras pas la paix,
Qui peut saisir l’eau
qui vient de l’immensité ?
Qui peut retenir l’eau
qui prolonge l’immensité,
Peux tu dire à l’eau
de regagner  sa source ?
Peux-tu dire à l’eau :
tais toi , cesse ton bavardage.
Elle est impérieuse,
profonde, incontournable.
Tu peux vouloir la contenir,
ou l’engloutir
dans des bas fonds obscurs,
la croire oubliée
dans l’ombre du silence.
Par toutes ses dents de reflets purs
elle rira de ton acte insensé.
Sa volonté
est de répandre la fraîcheur,
s’étendre pour noyer nos larmes,
éteindre l’incendie
des cœurs en péril
étancher notre soif de liberté.
La paix vient de l’intérieur,
c’est elle
dont luit la source des regards.
La paix ne se dit pas,
elle se vit !

……………………………….

Un jour, sous la forme d’une colombe
la paix m’a rencontré.
J’étais ivre d’elle et lui dit :
« Bonjour source de quiétude,
envol de la sérénité
- Tu te trompes l’ami
déclara la colombe, je suis la guerre !
Interloquée je répondis :
-Pourtant n’es tu pas blanche
comme la cime éternelle des monts,
légère afin de pouvoir t’élever
pure comme l’amie
qui nous prend par la main.,
-Je suis la guerre !
-Voyons, c’est une erreur.
Tu ne peux avoir le désir
de  propager la mort.
-Je suis la guerre.
Qui te parle de mort ?
La guerre que j’apporte
est toute autre,
une guerre profonde,
-Une guerre, n’a-t-elle le destin
d’abattre un ennemi.
-Tu as raison,
l’ennemi doit être vaincu.
-Il y aura donc des morts.
-Un seul.
-Qui donc ?
-Toi.
-Moi ?
-Oui ,toi ,
toi
lorsque tu te crois que ta raison est la  sagesse,
toi
lorsque tu crois que ton désir est l’idéal
toi
lorsque tu crois que tout  s’anime autour de toi,
toi
lorsque tu préfères garder et ne pas donner
Toi
dans ta molle certitude
de vivre une vie de raison,
toi enfin
lorsque tu penses
que la paix clôture la guerre
en ignorant quelle ouvre
sur la plus belle guerre :
le combat  de l’amour.

Propósito


PROPÓSITO

José Roberto Guedes De Oliveira

Concurso Mundial de Conto e Poesia Pacifista
Vencedor - Poesia - Português



Eu me propus a sair por aí,
encontrar em cada rosto um sorriso,
partido de dentro de cada um,
sem mancha,
sem pejo,
no calor aconchegante do ser comum.
Eu me propus,
firmemente,
completamente cheio de esperança,
a percorrer o longo caminho do amor,
abraçando o vento livre,
estendendo a mão a cada amigo.
Saí,
sem medo,
ao sol aberto,
e me vi sob a lua cheia:
era noite e todos se foram.
Busquei nas praças;
perguntei ao ar que respirava
e todos me informaram que era tarde.
Ah! meus arcanos!

Tarde?
No meu pensamento tudo girava.
Em espaços de tempo eu procurava,
andava e revolvia tudo.
Há o momento de meditação interior,
quando não se encontra nada,
no caminho rude e áspero
da nossa vida cotidiana.
Quando me propus a sair,
buscar algo,
não esperava encontrar a massa,
o componente humano respirando poluição,
de cara virada,
sem objetivo,
apenas vivendo.

Tenho esperança e fé;
mas não me carreguem para o nada.
As minhas forças são para ir,
buscar um aperto de mão,
uma ajuda a alguém.
Não quero desespero de ninguém,
nem tão pouco o rosto bipartido de quem me olha.
Não há final para quem planta,
ergue a muralha da idéia,
da criação de uma obra.
Há muitos caminhos a percorrer,
mesmo na noite fria de inverno.

Quando me propus a sair,
não pensei em desistir logo de início,
quando a angústia depositada no coração de uns e outros
ainda persistia em abafar o mundo.
Vi,
em milhões de olhos corridos,
uma tristeza infinita que não gostei,
digo e sou taxativo.
Não queria que fosse assim.
Mas quem sou eu?
Que voz que vem do fundo?
É minha? Pertence a este mundo?
Oh! Meu Deus!
Não deixem que desvaneça o sorriso.
Alentai o mundo para o céu aberto,
quando muitos procuram um lugar ao sol.
Há tanta gente querendo tanto!
Há tantos que não têm tanto!
Há tantos tentando ter tanto!

Mas quando me propus a sair por aí,
não achava o mundo tão conturbado,
bem diferente do que pensava.
Mas também não me deixei ao léu.
O meu sorriso é contínuo e vivo.
A cada meu passo um sonho de esperança,
uma noite de festa,
de mãos juntas a orar em preces ao Altíssimo.
Há um poder em quem enfrenta,
ereto,
rosto limpo,
calejado,
o que aparece pela frente.
Não há sentido em se deixar vencido.
O mundo gira e tudo vai;
nada é estável – estático.

Quando me propus a sair por aí,
apanhei tudo que era possível,
para não me perder na volta à origem,
ouvindo,
ao longe,
a voz que vinha chegando,
rouca mas firme,
dizendo: - “VÁ E VENÇA!”.

Mensagem de Paz


MENSAGEM DE PAZ

Leinecy Pereira Dorneles

Concurso Mundial de Conto e Poesia Pacifista
Finalista - Poesia - Português



Quero um novo mundo,
uma nova lei,
um novo país,
um novo amanhecer...

Quero paz e não guerra.
Longe de mim a morte,
o ódio, a raiva, a luta pelo poder.
Longe a fome, o desemprego, a miséria e a inflação.
Quero um amanhã mais alegre,
um amanhã onde impere:
- A lei do amor, da sinceridade, da amizade.
Que os homens esqueçam o passado,
e comecem um diálogo sem preconceitos.

Comecem a falar de amor,
a dialogar fraternalmente,
um diálogo que leve todos os homens,
ao encontro do verdadeiro amor,
da paz universal e do amor fraternal.

Que eu possa levar a todos,
o amor, a alegria, a caridade,
a fraternidade, a paz.
E, que cada um possa,
levar consigo...
Uma mensagem de AMOR
e PAZ UNIVERSAL.

Nunca desânimo...


NUNCA DESÂNIMO...

José Luiz Dias Campos Junior

Concurso Mundial de Conto e Poesia Pacifista
Vencedor - Conto - Português



- Estamos aqui reunidos para tratar de um assunto de extrema importância e máxima urgência! Um verdadeiro escolho aos nossos legítimos interesses. – Havia apenas mais três integrantes nessa reunião. Por isso, a altiloquência da mediadora era um tanto desnecessária.

- Eu detesto quando ela começa com essa “ladainha ufanista”. – Comentava Marte com o parceiro da direita e a baixa voz.

- Ora, ora... Desde o último embate entre vocês, lá em Tróia, que você detesta tudo o que diga respeito a Minerva. – Respondia Ares, o seu equipotente grego, no mesmo tom e com picardia, relembrando ao deus da guerra sangrenta a derrota dos seus protegidos, face à epopeica vitória dos exércitos resguardados pela deusa da guerra justa.

- Quietos! A hora é de somarmos forças e não de nos dividirmos. – Cariocecus, o deus lusitano da guerra, interveio e pôs fim à quase celeuma. Minerva continuou:

- A humanidade cada vez mais se une em torno do pacifismo... E isso tem que ser revertido. Onde, o nosso proveito? Onde, o nosso prazer? – E a camarilha concordava em uníssono.

- É notório que os movimentos a favor da paz estão se organizando dia a dia e por toda a Terra. E, o que é pior, ampliam os seus tentáculos por meio das mais variadas formas, indo de discursos empolgantes, passando pelas passeatas e chegando à solta de balões brancos. – Prosseguia Minerva, em seu introito.

- Ora, não sei por que tanto alarido – desdenhava a divindade lusitânica. Quero recordá-la de que nunca abandonamos os nossos postos. Aliás, lembra de Heráclito? Pois não foi você, Ares, que bem soube deturpar a Luta dos Contrários, levando os contemporâneos do filósofo e os que se lhes seguiram a justificarem a guerra, pois dela resultariam a harmonia e a justiça?

- E olha que nem precisei de sacrifícios humanos para me estimular. – E os três riram a breve tempo, lembrando os prisioneiros que, volta e meia, eram ofertados a Cariocecus.

- Não questiono, aqui, os nossos feitos pretéritos – intervinha Minerva –, mas coloco à prova o nosso futuro, a nossa sobrevivência!
 – De repente, o silêncio se sobrepôs aos gracejos... e a circunspecção tomava conta das mentes beligerantes. Passados alguns segundos, Marte questionou:

- E o que mais poderíamos fazer para atacar essa onda pacifista? O que sugere?

- “Uma grande parte dos males que atormentam o mundo deriva das palavras”, disse Burke certa vez. Ora, lembrando que, na atualidade, praticamente não há mais fronteiras para a literatura, já pensaram no malefício que faríamos se conseguíssemos minar os espíritos de quantos tentam usar a palavra escrita em prol da paz? Ataquemos os escritores, e o estrago se multiplicará.

- E por acaso essa ideia é original? Também quero lembrá-la, oh querida irmã, de que jamais negligenciamos essa área do pensamento humano; tanto que bem soubemos inspirar muitos autores. Aliás, já que hoje estamos para as citações, recordo o americano Oliver Wendell Holmes: “A guerra é a cirurgia do crime. Por má que ela seja, significa sempre a extirpação de qualquer coisa pior.” – Marte não perdia nenhuma oportunidade de alfinetar a rival.

- E eu, o brasileiro Tobias Barreto: “Cada guerreiro que por nós combate é a ira de Deus que se faz homem.” – complementou Ares, aderindo à zombaria.

- Sempre a impulsividade sobrepondo-se à racionalidade... Não quis fazer alusão a esse ou àquele literato, propriamente dito. Referia-me à iniciativa de Las Filigranas de Perder, e ao seu Concurso Mundial de Conto e Poesia Pacifista, que, pelo que fui informada, ganha adesões a cada minuto.

- Esclareça melhor o seu plano, Minerva. O que você pretende realmente? – Carioceus falava por todos.

- Eu explico: é notório que as palavras, sobretudo as escritas, sempre foram mais fortes do que as espadas ou canhões. Chegam a milhões e se perpetuam na história. Ora, indaguei a mim mesma, como contra-atacar os nossos inimigos e conseguir com que sejam derrotados?

- Como?! – Perguntaram, a uma só voz, os três armipotentes.

- O segredo está em convencer-lhes os espíritos de que são incapazes de mudar o ser humano. De que seus esforços, suas palavras serão sempre inúteis; uma luta em vão, uma tola utopia. – Um leve sorriso, misto de maquiavelismo e prazer, formava-se espontâneo nas fácies bestiais.

- Agora entendo aonde quer chegar, Minerva. Tratemos de convencer os participantes de que são impotentes diante da beligerância inata dos mortais e esse concurso será o maior fiasco de todos os tempos! – Era a primeira vez que Marte concordava com a parenta.

- É claro!... Com isso, toda a Terra reconhecerá que, se até seus poetas e prosadores deixaram-se levar pelo desânimo, do que valeria ao povo que os toma como exemplos perseverar no ideal pacifista? – Ares somava-se em entusiasmo.

- Brilhante, oh deusa da guerra diplomática! É como eu sempre digo: as boas ideias se revelam simples e eficazes. Sendo assim, proponho um brinde – e a potestade lusitana levantava a taça –: ao malogro desse concurso!

- Ao malogro! – E beberam, e riram, e celebraram por toda a noite.

Era preciso agir rápido. Cada divindade ficou encarregada de atuar em uma parte do globo. Marte, por exemplo, não abriu mão das Américas; Cariocecus, de toda a Europa... Minerva e Ares não se opuseram e dividiram o restante de comum acordo.

No dia seguinte ao refestelo, e mesmo sob a viva lembrança de Baco que bem lhes pesava ao raciocínio, os potentados partiram com seus exércitos rumo às casas dos concursandos. E o cerco teve início, implacável, impiedoso...

- Ah, como é nobre a sua intenção. E quão bela a sua veia artística! – Comentava Ares, consigo, junto a uma promissora poetisa. – Pena que tudo farei para tolher-lhe o ânimo. Que tal...? as últimas investidas da Coréia do Norte? Lançam uns mísseis aqui, outros ali... e a boa e velha Guerra Fria está mais viva do que nunca.

- Vejo que seu conto está prestes a acabar, pretenso aprendiz de best-seller. – Sussurrou Marte, em tom desdenhoso, a um romancista consagrado. – Quem sabe eu possa desencorajá-lo, enfatizando que o homem continuará a não dar ouvidos à história, pois os campos de concentração, que pensavam estar para sempre enterrados, ainda ardem nos corações bósnios, face ao extermínio perpetrado em Srebrenica?

- Nada como reinar aquém da Taprobana... – Cariocecus deleitava-se ao regressar a Lisboa. Nunca se desapegara do seu antigo Condado Portucalense... – Percebo vigor e idealismo neste jovem ensaísta. Seu currículo só tende a florescer. Bem... que tal se eu o lembrar do comércio escravagista que os nossos patrícios desenvolveram? Ou então... Dos arbítrios que seu avô salazarista cometeu? Certamente essa breve retrospectiva o envergonhará e o desalentará, pois o levará a crer que os mortais continuarão a se chafurdar no erro, século após século, mesmo que admitam a história como uma espiral ascensional.

- Que otimismo na terceira idade! Não pensei que chegando aos oitenta e dois anos ainda houvesse esperança dentro desse coração velho e cansado. Quer dizer que a literatura infantil é o seu passatempo? Curiosa coincidência... pois o meu é, justamente, desvirtuar a juventude! – Nunca viram Minerva tão pérfida! – Vejamos... Idade provecta, vida sofrida... Pois eu pergunto, senhora, se tem tão pouco tempo de vida; se viu guerras e até viveu comoções intestinas... será que ainda há tempo para ensinar algo de bom aos pequeninos, pois, mais cedo ou mais tarde, engrossarão as fileiras de soldados, revolucionários ou terroristas?

E os meses foram passando... A cada dia, os comandantes divinais eram informados por seus generais sobre as investidas aos participantes do concurso. Romancistas, poetas, contistas, sonetistas, ensaístas, novelistas... todos os que, com sua arte, procuravam contribuir para a prosa ou para poesia pacifistas eram acossados das mais variadas formas; nunca olvidando dos objetivos e dos meios traçados por Minerva. E toda vez que o quarteto divino se reunia para avaliar a ofensiva, era difícil saber qual deles cantava maior vantagem sobre o outro. Os semblantes, no entanto, camuflavam a realidade dos fatos, escamoteando-os nos torreões do orgulho...

E o concurso continuava... e por mais que os deuses guerreiros afirmassem que os resultados que obtinham eram satisfatórios, ou que os relatórios apresentados por seus comandados fossem, como diziam, positivos, o número dos participantes não diminuía; pelo contrário, mais e mais escritores se inscreviam!

- Eu não consigo entender o que aconteceu! – bradou Marte num arroubo de cólera, pois que encantoado pela angústia. Mas antes que algum dos demais ousasse uma justificativa, um general se aproximou e disse:

- Oh altipotentes, um nosso espião conseguiu uma cópia de um dos poemas finalistas. Tentará nos enviar o outro, bem como o conto selecionado, assim que a oportunidade lhe for favorável. – E o entregou à mentora belicosa.

Minerva estava trêmula e envergonhada; muito distante da genialidade que um dia inspirara Odisseu a imaginar um grande cavalo de madeira... Ares, então, tomou-lhe o papel e, em voz alta e pausada, começou a ler um soneto.

E a cada verso, em que se entrosavam perfeitamente decassílabos e alexandrinos, mais um quê de originalidade, revelava aos demais que o esforço que tanto despenderam, esse, sim, tinha sido em vão:

    Um só caminho.
    Em meu reino, de onde posso tudo ver,
    conta bendita a que me doei,
    só vejo a luz que de mim criei,
    nunca desânimo, em que não quero crer.

    E se muitos há que te levam a arder,
    pecadores por quem sempre roguei,
    avatares alhures enviei.
    Segue-lhes os passos! Isso, sim, é viver.

    Mas o homem insiste em se desviar...
    e não se detém. Conquista; mata; erra.
    Enloda-se no poder que o faz cegar.

    Destarte, retorna ao pó pela guerra...
    Mas, não duvides, nasceste para amar.
    Faze, pois, o que te cabe! Paz na Terra!

Hoje eu vi un beija flor


HOJE EU VI UM BEIJA-FLOR

Márcia Regina de Araujo Duarte

Concurso Mundial de Conto e Poesia Pacifista
Finalista - Conto - Português


Em um bairro residencial/comercial da Zona Norte da cidade do Rio de Janeiro – RJ - Brasil, sentada no pára-choque de um fusquinha velho, ano 1965, eu tomava sol de manhã. Era inverno. Eu esperava o horário de atendimento na Fisioterapia. Estava com forte gripe cansada de tanto tossir. Deixava meus pulmões ao sol tentando aquecê-los e descontraí-los. Ouvia meditação em meu MP3. Meio deprimida pelo estado de saúde que rendia sem me deixar dormir corretamente eu olhava ao longe, para o nada.

Embora a rua fosse de muito trânsito eu me deixava levar pelas emoções tristes e as lágrimas rolavam em meu rosto enquanto eu tentava adquirir força emocional com a mensagem que ouvia. Pessoas passavam e eu me sentia invisível a elas.

Ao meu lado uma árvore baixa provocava sombra em parte do carro onde eu me sentava. Corria um vento fresco que me acariciava a alma como um amigo que abraça procurando levar conforto.

De repente em meio ao meu ensimesmamento apareceu um beija-flor rodeando as folhas da árvore acima de minha cabeça, que girou tentando acompanhar seu voo rápido. Meus lábios sorriram encantados com sua beleza e agilidade. Suas cores reluziam ao sol. Como num impulso joguei a cabeça para trás e fiquei a olhá-lo ao alto. Ele se comportava como se estivesse à procura de algo, talvez o pólen de alguma flor. Mas não havia flores na árvore.

Sem mais nem menos ele desceu de seu voo até a altura de meu rosto ficando parado a voar no mesmo lugar com suas asas eletrizantes, como só mesmo os beija-flores podem fazer. Ele parecia fitar-me. Começou a dar impulsos para frente e para trás como se quisesse se chegar ainda mais, mas houvesse medo. Eu estatelada, surpresa, não me mexia. Sequer piscava. Só sorria enquanto as lágrimas continuavam a escorrer em meu rosto já numa mistura de antiga tristeza com renovada alegria.

O animalzinho, às vezes muito mais sensível e perspicaz que os Seres Humanos, em seus impulsos de voo começou a tocar meu rosto como se bebesse minhas lágrimas. Eu me sentia bicada, mas não machucada. Tinha uma certeza interna de que mal nenhum ele iria me fazer. Meu coração disparou com a cena que eu vivia como algo magistral e inacreditável. Ninguém passou naquela hora. Nem mesmo carros. Éramos somente nós dois ali embaixo daquela árvore em plena comunhão de energia.

Talvez ele simplesmente tivesse sede e embora lágrimas sejam salgadas e beija-flores gostem de açúcar, minha tristeza naquele momento foi seu néctar. E seu gesto a salvação do meu dia. Eu queria gargalhar, mas sabia que não podia. Qualquer movimento brusco com certeza o afastaria. Foram minutos ou segundos. Não sei dizer, mas pareceu uma eternidade. Como se toda a vida tivesse parado para permitir o total silêncio e isolamento necessário para que aquele encontro acontecesse.

E enquanto acontecia meus pensamentos corriam em minha mente questionando a tristeza que antes sentia: "Que sintonia era aquela? Justamente quando pensava estar longe da "vida", a vida se fez bem diante dos meus olhos."

Depois de algum tempo, talvez já saciado ou salgado, ele se afastou. Ficou novamente parado a minha frente a me fitar e então num vôo absolutamente ligeiro sumiu de meus olhos que continuaram encantados tentando entender a mensagem que a vida queria me passar com aquele acontecimento.

Voltei a minha cabeça para a posição normal e mais uma vez sorri. Em uma rua de poucas árvores, com muito trânsito eu encontrei um beija-flor que me mostrou que até mesmo com a tristeza se faz amor. Em seu silêncio ele cantou a vida para mim. Com minhas lágrimas eu lhe servi e com meu sorriso agradeci o amor que recebi.

Ainda tonta com o acontecido atendi ao celular que tocava já insistentemente. Era meu namorado, que havia se afastado por uns dias com receio de pegar gripe, em vez de me acalentar como aquele belo pássaro o fez de forma tão próxima.

- E aí minha flor? Já acabou com a gripe? Já posso dar beijinho? Vamos sair para dançar hoje ou almoçar, tomar um chope? Já estás boa, não? – ele falava como que impondo que eu já estivesse bem para servir aos seus prazeres.

Fiquei em silêncio por alguns instantes a refletir e em seguida com voz ainda meditativa respondi:

- Meu bem, acho que acabei de lhe trair. Conheci um verdadeiro beija-flor. Ele já me deu muitos beijos sem medo de pegar gripe. Foram beijos suaves, molhados como que sugando gotas de orvalho em uma pétala de flor. Olhando em meus olhos e em silêncio ele me convidou ao amor. Eu apenas sorri e ele me levou a um mundo de prazer que você jamais pode conhecer.

Sinto muito, mas acho que hoje não devo lhe ver. Insensibilidade, egoísmo e egocentrismo são doenças contagiosas também, assim como a gripe. Eu não quero pegá-las de você.

Hoje eu vi um beija-flor... Que me fez ver que realmente sou uma flor!

agosto 08, 2010

Miembros del Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista


A continuación, publicamos el listado de personas que hicieron parte de la organización de este gran proyecto, con nuestro mayor agradecimiento por su labor.


ORGANIZACIÓN DEL CONCURSO MUNDIAL DE CUENTO Y POESÍA PACIFISTA

JURADOS

Español:

Diyireth Goretti Romero López (Cuento)
María Asunción Blanco (Cuento)
Lilí Muñoz Obeid (Cuento)
Manuel Pachón (Poesía)
María Eugenia Campos (Poesía)
María José Arques Cano (Cuento)
Norys Odalía Saavedra Sánchez (Poesía)

Portugués:
Angela Maria Meili (Cuento)
Gladys Mendía (Cuento)
Graça Graúna (Poesía)
Paulo Monti (Poesía)
Susanna Busato (Cuento)

TRADUCTORES

Árabe:
Hamada Lazkani
Malak Hassan Zahoui

Catalán:
Carla Ortiz
Eliath Nissim
Laia Costa
Marina Calumarte Kelm


Eslovaco:
Julia Csalova


Esperanto:
Lizeth León Borja

Francés:
Ángela María Jiménez Avilés
Beatriz Valerio
Diego Fernando Chiari Ramos
Flor Inés
Juan Carlos Rodríguez
Karina Escalante Ortiz
Leidy Johanna Poveda Díaz
Mario Aracena

Hebreo:
Edith Goel
Nurit Ben Shlomo

Inglés:
Anayanci Vargas Palma
Carolina Ochoa
Gabriel Meneses Sala
Johana Castro
Lida Castro
Lorena Sánchez
Luisa Carolina Machacón Romero
Luisa Fernanda Hurtado
Margarita Yanina Kilimik
Pilar Espitia
Stalin Federico Mafla Trujillo
Ximena Motta

Italiano:
Carmelisa Greci
Fernando Caicedo Albarello
Maria Marta Guzzetti
Marta Alejandra Roldán
Nathalia Camargo
Teresita Norma Fernández
Tonya Russo
Veronica Ielo

Portugués:
Carolina García Ramírez
María del Pilar Linares
Potiguara Júnior
Tania Alegria
Sandra Obando

Ruso:
Lucas Jose Eliecer Revelo

Wayuu:
José Angel Fernández Wuliana

REDACTORES
Adriana Aristizábal
Deiner Teran
Leonardo Serrano Pineda (Las Filigranas de Perder)
Magda Márquez
Néstor H. Pedraza (Las Filigranas de Perder)
Olga Osorio Rojas
Zuska Spirko

CORRECTORES DE ESTILO

Español:
Diana Patricia Gómez Flórez (periodismopublico.com)
Fernando Caicedo Albarello
Laura Labella
Laura Vivian Gutiérrez Pérez
Martha Yamile Hernández Huertas

Catalán:
Maria Àngels Guiu Vidal

Inglés:
Mary Pinto
Verónica Suárez

Italiano:
Luca Bianchi

Portugués:
Michelle de Abreu Aio

EVALUADORES DE TEXTOS

Español:
Jelymaibet Bustos
Martha Yamile Hernández Huertas
Roberto Arahel Orozco Rodas

DISEÑO GRÁFICO

Diseñadoras:
Ana María López Monsalve
Karina Escalante Ortiz

Ilustradora:
Daniela Violi

Diseño Logotipo:
Alexandra Romero
Daniela Violi
Néstor H. Pedraza (Las Filigranas de Perder)

MEDIOS AUDIOVISUALES
Alexander García
Manuel Briceño Torres

REPRESENTACIONES
Andrés Buriticá
Carolina Cohen
Diana Patricia Gómez Flórez (periodismopublico.com)
Gabriel Torres (Fundación Sugamuxi Tú y Yo)
Manuel Briceño Torres
Patricia Paipa (Fundación En Arcadia Ego)
Yenny García

COORDINACIÓN DE TRADUCTORES
Néstor H. Pedraza (Las Filigranas de Perder)
Raquel González Henao


AUXILIAR DE ARCHIVO
Lilian Patricia Alvarado Calderón (Las Filigranas de Perder)

SECRETARIA DE PLICA
Tatiana Torres

DIRECTORA DE RELACIONES INTERINSTITUCIONALES
Luz Stella Parra Soler (Programa Libro al Viento en Hospitales – Secretaría Distrital de Salud de Bogotá)

DIRECTOR DE MEDIOS AUDIOVISUALES
Manuel Briceño Torres

DIRECTOR EJECUTIVO
Néstor H. Pedraza (Las Filigranas de Perder)

COLABORADORES DEL CONCURSO MUNDIAL DE CUENTO Y POESÍA PACIFISTA

Equipo de Apoyo:
Diana Patricia Gómez Flórez (Movimiento Humanista - Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia)
Diana Martínez Bocanegra (Pacifistas Sin Fronteras - Cumbre Mundial de Paz)
Enrique Amigo (Movimiento Humanista - Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia)
Germán Bustos (Movimiento Humanista - Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia)
Paula Castellanos C. (Pacifistas Sin Fronteras - Cumbre Mundial de Paz)

Equipo de Difusión:
Alejandro David Jiménez Schroeder (Lapislázuli Periódico)
Alex Ariel Acevedo (Las Filigranas de Perder)
Adriana Caballero (Programa Paz, Acción Y Convivencia PACO)
Ana Edith Olguín Silva (Red ARCCO - Chile)
Angélica Enciso (La Fábrica Azul)
Beatriz Giovanna Ramírez
Bertha Rojas López (Centro de Estudios y Promoción Cultural Jaime Cerrón Palomino - Taller Literario RUMI)
Carol Contreras (REDNEL: Red Nacional de Estudiantes de Literatura y Afines)
Carolina Ochoa (Revista Gavia)
Catalina García
Clevane Pessoa
Cristina García Oliver (Espacio Y)
Diana L. Alanchez
Diana Patricia Gómez Flórez (periodismopublico.com)
Egor Krementsov
Fernando R. Ortega (Íttakus - Notici@scadadía - Publicatuslibros.com)
Gabriel Impaglione (isla_negra)
Gabriela Delgado (Grupo Literario Pretextos)
Gerardo Lewin
Ime Biassoni (Casa del Poeta Peruano Internacional en Argentina)
Jaime Altamirano (Casa de la Cultura Hispana Americana)
Javier Cubero (Eldígoras)
Johanna - Pedagogas Pensadoras
José Antonio Valcarce Prieto (Amigos por la Paz)
Laura Margarita Medina Murillo
Luis Fernando Cuartas Acosta (Taller de poesía De la Tierra a la Luna)
Lucero Mendoza
Manuel Pachón (Mancomunidad de Escritores)
María Victoria Márquez Alcalde
Manuel Tiberio Bermúdez (Revista Internacional Red y Acción)
Kiara Llami (Danzar la Vida Teatro)
Marco Tulio Contreras Monroy
María Alejandra García Mogollón (Fundación Cultural El Laberinto)
María Coppie (Grupo Literario Pretextos)
María Elena Sancho
Marian Raméntol (Revista digital la Nausea)
Mario Navas (Adobeadictos)
Marta Alejandra Roldán (Crear para leer)
Mavi Márquez (Consejo Nacional Todas las Sangres - Perú)
Monik Matchornicova
Nathaly Diaz Cruz (Colectivo Literario El Ático)
Obed González
Odilón Ramos Boza
Paulo Monti (Revista Literaria Paralelo 30)
Ricardo Contreras Suárez (Centro Literario El Túnel)
Rolando Revagliatti
Sergio Díaz Luna (REDNEL: Red Nacional de Estudiantes de Literatura y Afines)
Teresa Castro Gutiérrez (Metrópolis Libros)
Teresita Norma Fernández
Yenny Karonlains Alarcón Forero (Grupo Literario Salaletra – Las Filigranas de Perder)
Walter Cáceres Ugarte (Asociación Cultural Voces Entre Tablas)

JURADOS VOLUNTARIOS QUE POR FALTA DE MATERIAL NO PUDIERON FORMAR PARTE DEL EQUIPO DE TRABAJO

Catalán:
Georgina Ballera

Francés:
Andrea Juliana Enciso Mancilla
Celia Altschuler
Tanya Tynjälä

Inglés:
Ana López
Carolina Ochoa
Issa M. Martínez Llongueras

Italiano:
Marta Alejandra Roldán
Teódulo López Meléndez

Quechua wanka:
Bertha Rojas López (Centro de Estudios y Promoción Cultural Jaime Cerrón Palomino - Taller Literario RUMI)

Wayuu:
José Angel Fernández Wuliana

septiembre 07, 2009

El Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista hace presencia en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín




CONCURSO MUNDIAL PACIFISTA EN LA FIESTA DEL LIBRO Y LA
CULTURA DE MEDELLIN




ACTIVIDAD

HORA

FECHA

LUGAR

Conferencia: ¿Qué es el Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista?, Por: Olga Osorio

04:00 p.m.

11 de Septiembre

P.B. Belén

Performance: Ruidos, Por: Manuel Torres y Daniel Bogoya

04:00 p.m.

12 de Septiembre

P.B. Belén

Narración: Lectura de cuentos, Por: Manuel Torres

05:00 p.m.

14 de Septiembre

P.B. España

Lectura de textos recibidos en el Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista, Por: Invitados y público.

05:00 p.m.

15 de Septiembre

P.B. La Ladera

Recital de Poesía Poemario: Confesiones del Jordán Desahuciado, Por: Manuel Torres

5:00 pm

16 de Septiembre

P. B. San Javier

Recital Poesía: Diario Primerizos sin Afán, Por: Invitados.

06:00 p.m.

16 de Septiembre

P.B. La Quintana


La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín es organizada por la Alcaldía de Medellín y el Jardín Botánico de Medellín.






septiembre 03, 2009

El Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista en el Festival de Paz y No Violencia de Soacha



El Concurso Mundial de Cuento y Poesía Pacifista estará presente en el Festival de Paz y No Violencia de Soacha este sábado 5 de septiembre. Los invitamos a todos a acompañarnos en la Plaza Central de Soacha, a conocer sobre el Concurso, y a adherirse a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.


agosto 03, 2009

Las Filigranas de Perder en el VII ENEL



Las Filigranas de Perder estará presente en el VII Encuentro Nacional de Estudiantes de Literatura y Áreas Afines (ENEL), dentro de la 22ª Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Los miembros fundadores, Alex Acevedo, Carlos Ayala y Néstor Pedraza, hemos sido invitados por REDNEL Nodo Bogotá para fungir de ponentes en el VII ENEL, e invitamos a todos los amigos y seguidores de nuestro trabajo a compartir con nosotros y a asistir a los diferentes eventos programados dentro del ENEL.

Jueves 13 de agosto de 2009

Mesa 1
Perspectivas literarias contemporáneas en Latinoamérica
Moderada por: Carol Contreras Suárez y Tania Lizarazo
Lugar: Auditorio Tomás Carrasquilla, Corferias

11:00 a 11:15 a.m. Las Filigranas de Perder
Invitados: Néstor Pedraza, Alex Acevedo y Carlos Ayala.

La programación completa se encuentra en http://nodobogota.blogspot.com/

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