abril 12, 2007
Recuerdo - Colaboración desde Argentina
RECUERDO
Julieta Santos
Julieta Santos
Me quedé recordando todos los pliegues de su frente y cada surco en las huellas de sus manos. Tantas veces lo había guardado en mi memoria sin darme cuenta, distraídamente, que casi sin querer llegué a tenerlo adentro mío por completo. Y fue tanto así, que ya no hacía falta mirarlo para verlo, porque su imagen se representaba en mi cabeza con tanta precisión, que tenerlo enfrente componía en sí un defecto. Llegó a ser una mala copia de mi pensamiento…
El día que llegué a esa conclusión me indigné. Permanecí ofuscada largo rato con esa idea, porque era una forma burda de teñir de vanidad las cosas vividas, los momentos compartidos, las noches transcurridas sin horas ni tiempo pero con exceso de espacios, las caricias infinitas y los besos húmedos en el alma. No podía ser semejante nulidad de sentido, no podía ser.
Por ello decidí dejar de frecuentarlo, porque su presencia era un insulto a su propio recuerdo.
Esto ocurrió el tiempo que fue posible... Hasta que volví a escucharlo hablar: entonces salí de mi ensueño para entender que su corporeidad era mil veces más poderosa, si venía acompañada de sus palabras. Así lo había comprendido la primera vez que me tocó. Así lo pude concebir cada vez que volvió a hacerlo. Así lo asumí cuando ya no lo hizo, nunca más.
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