LAS FILIGRANAS DE PERDER
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agosto 03, 2009

Las Filigranas de Perder en el VII ENEL



Las Filigranas de Perder estará presente en el VII Encuentro Nacional de Estudiantes de Literatura y Áreas Afines (ENEL), dentro de la 22ª Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Los miembros fundadores, Alex Acevedo, Carlos Ayala y Néstor Pedraza, hemos sido invitados por REDNEL Nodo Bogotá para fungir de ponentes en el VII ENEL, e invitamos a todos los amigos y seguidores de nuestro trabajo a compartir con nosotros y a asistir a los diferentes eventos programados dentro del ENEL.

Jueves 13 de agosto de 2009

Mesa 1
Perspectivas literarias contemporáneas en Latinoamérica
Moderada por: Carol Contreras Suárez y Tania Lizarazo
Lugar: Auditorio Tomás Carrasquilla, Corferias

11:00 a 11:15 a.m. Las Filigranas de Perder
Invitados: Néstor Pedraza, Alex Acevedo y Carlos Ayala.

La programación completa se encuentra en http://nodobogota.blogspot.com/

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julio 13, 2008

¿Quiénes fundaron Las Filigranas de Perder?


El Movimiento Literario Independiente Las Filigranas de Perder fue fundado por los escritores Alex Acevedo (Bogotá, Colombia, 1970), filósofo y administrador de empresas; Carlos Ayala (Bogotá, Colombia, 1977), librero, historiador y técnico en archivística; y Néstor Pedraza (Zipaquirá, Colombia, 1971), artesano, gestor cultural y consultor en tecnologías de la información.

Dedicados a la literatura como lectores y escritores desde la niñez, premiados cada uno en concursos literarios en diferentes momentos de sus vidas, iniciaron un trabajo literario colectivo en el año 2002, que surgió de la necesidad de completar la escritura de una novela en apenas una semana (tiempo que restaba para presentarla a concurso).

Gracias a este esfuerzo, recibieron Mención de Honor en el Premio Nacional de Novela organizado por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo (IDCT) con la novela negra El Instalador, escrita a seis manos. En 2003 escribieron una novela experimental, mezcla de género negro e historia de vampiros, titulada Una Temporada de Sal. Para completar una trilogía de novelas, en 2004 escribieron cuatro relatos de ciencia ficción de corte cyberpunk, que juntos constituyen una obra novelística titulada Manual de Levitación Magnética.

En 2006 inauguraron Las Filigranas de Perder, con la idea de rescatar el arte de escribir por amor a la literatura y no por la mera búsqueda de los premios y las publicaciones, y promoviendo la creación colectiva en literatura. Dentro de este movimiento, diseñaron y dictaron el Taller de Ensayo y Cuento “En la Inmunda” para compartir sus experiencias en solitario y en colectivo con otros escritores (la programación de este taller y todos los textos producidos dentro del mismo, están publicados en http://tallerenlainmunda.blogspot.com/). Ese mismo año fueron invitados al II Simposio Internacional de Literatura de la Universidad Central, donde presentaron su ponencia La Creación Colectiva en el Género Negro, que fue publicada en la revista Hojas Universitarias (en esta ponencia, que también se encuentra publicada en http://lasfiligranasdeperder.blogspot.com/2007/03/la-creacin-colectiva-en-el-gnero-negro.html, están consignados los detalles de la génesis de El Instalador). El segundo relato constitutivo de su tercera novela, titulado El Otoño del Superconductor, recibió diploma de finalista en el Concurso de Novela Breve 25 años del Taller de Escritores de la Universidad Central (TEUC).

En 2007, los tres ganaron premio en la convocatoria Bogotá, Un Libro Abierto (parte del programa Bogotá, Capital Mundial del Libro 2007) organizada por la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte (SDCRD), con su proyecto Talleres de Creación Colectiva en Literatura: 4 talleres que se llevaron a cabo en 4 importantes bibliotecas públicas de la ciudad (los detalles de este proyecto y todos los textos producidos en los 4 talleres, se encuentran publicados en http://creacioncolectivaliteraria.blogspot.com/).

El relato Siete Hierbas y Un Gatito, que constituye el segundo capítulo de su primera novela El Instalador, fue publicado en 2008 por Arango Editores en su antología de nuevos escritores colombianos “Señales de Ruta”. Ese mismo año, los fundadores de Las Filigranas de Perder publicaron el libro “Simbiosis Virginal”, una antología con los mejores textos surgidos de los cuatro talleres de creación colectiva dictados en 2007. “Simbiosis Virginal” fue lanzado dentro de la 21ª Feria del Libro de Bogotá, en la que Las Filigranas de Perder realizaron otras actividades relacionadas. Actualmente, Las Filigranas de Perder forma parte del proyecto de Red Distrital de Talleristas Literarios en Bogotá, que en breve realizará una publicación en asocio con el programa Libro Al Viento.

Las Filigranas de Perder se ha propuesto servir de puente y semillero para la conformación de una Red Cultural Distrital, que consolide el trabajo colaborativo y asociativo de todas las organizaciones, entidades y agrupaciones que trabajan por la cultura, las artes y el patrimonio en Bogotá. Dentro de ese espíritu, este Movimiento, que continúa buscando la promoción de la escritura y la lectura, y que sigue siendo punto de encuentro de autores de toda Iberoamérica, está desarrollando proyectos con y ofreciendo servicios a diferentes organizaciones culturales en la capital colombiana.

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Sin Huesos - Poesía de uno de nuestros fundadores


SIN HUESOS
Néstor Pedraza

Bombea, bola carnosa
no te excuses en los tajos que te surcan.
Insiste hasta el desahucio,
la sangre que te cubre
no borrará los nombres que cargas.

Eres el único lugar del universo
donde lo inabarcable cabe por completo,
pero abusaste de tus misterios
y ha venido la sangría a salvarte.

Hínchate, contráete, escurre, escupe,
no cejes en tu labor.
Mantente firme, corazón mío
hasta sobrepasar el absurdo de lo inútil.

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Mi nombre - Poesía de uno de nuestros fundadores


MI NOMBRE
Néstor Pedraza

Bajo la cálida invitación
que supone la amenaza de muerte
de nuestro régimen constitucional,
en este país que sirve de molde
al estrellato multitudinario de las bombas
en las calles de Baghdad.

Asombrado ante las maravillas históricas
de nuestro heroísmo paramilitar
exploto,
pustulesencia en racimo
tan virulenta como pútrida
y en el aire infestado con mi monstruosidad
soplo el rancio de mis sueños
hasta desfallecer.

Sólo me resta secarme por completo
como ampolla reventada al sol
mientras mi infección
alimentada por este entorno familiar
reclama a millones mi nombre:
Legión.

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junio 01, 2008

Las Filigranas de Perder en Los Impresentables


Rodolfo Ramírez Soto, del Blog de Los Impresentables, entrevistó a Néstor Pedraza, cofundador de Las Filigranas de Perder, a propósito del momento actual del Movimiento y de su proyección.

La entrevista puede verse en video junto con la nota escrita por Rodolfo al respecto en este enlace.

Igualmente, incluimos la entrevista a continuación:

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abril 10, 2008

Las Filigranas de Perder en la 21a Feria Internacional del Libro de Bogotá



Alex Acevedo, Carlos Ayala y Néstor Pedraza, miembros fundadores del Movimiento Literario Independiente Las Filigranas de Perder, invitamos a todos los amantes de las letras a visitar la 21a Feria Internacional del Libro de Bogotá, y a acompañarnos en los siguientes eventos dentro de la misma:


1. Presentación de los productos impresos de los proyectos ganadores de la convocatoria Bogotá, Un Libro Abierto, entre ellos, del libro Simbiosis Virginal de Las Filigranas de Perder.
Lugar: Sala Tomás Carrasquilla, Pabellón 17, Piso 2, Corferias.
Fecha: Viernes 25 de Abril de 2008.
Hora: 6:00 PM.
Invita: Convocatoria de Proyectos Bogotá, Un Libro Abierto, de la SDCRD.

2. Lectura de textos escritos durante los Talleres de Creación Colectiva en Literatura: Dos autores antologados en el libro Simbiosis Virginal harán lectura de sus textos en el espacio Lecturas Inéditas. Se leerán los textos Casa de Muñecos de Violeta Leuro y Néstor Pedraza, y Amor en Trance de Lilian Patricia Alvarado y Diana Carolina Romero.
Lugar: Sala Eduardo Carranza, Corferias.
Fecha: Martes 29 de Abril de 2008.
Hora: 2:30 PM.
Invita: Fundación Gilberto Alzate Avendaño.


3. Lanzamiento Oficial del libro Simbiosis Virginal, antología de cuentos escritos durante los Talleres de Creación Colectiva en Literatura (dedicado a la memoria de Tomás Jacobo Ayala q.e.p.d): Selección de 17 textos de diferentes géneros y temáticas, escritos en colectivo e individualmente por 31 autores. 180 páginas, de distribución gratuita. Una publicación de Las Filigranas de Perder.
Lugar: Stand 141, Pabellón 6, Piso 2, Corferias.
Fecha: Martes 29 de Abril de 2008.
Hora: 6:00 PM.
Invita: Las Filigranas de Perder y Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, D.C.


4. Presentación de Las Filigranas de Perder y mini-taller de Creación Colectiva en Literatura dentro del ciclo de conferencias Las Otras Literaturas. (Se distribuirán copias del libro Simbiosis Virginal, se hará un ejercicio de escritura colectiva y se entregarán los certificados a los talleristas de los Talleres de Creación Colectiva en Literatura 2007).
Lugar: Sala Tomás Carrasquilla, Pabellón 17, Piso 2, Corferias.
Fecha: Domingo 4 de Mayo de 2008.
Hora: 3:30 PM
Invita: Ministerio de Cultura, República de Colombia.

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Arango Editores publica Creación Colectiva de Las Filigranas de Perder



Carlos Ayala, Néstor Pedraza y Alex Acevedo, miembros fundadores del Movimiento Literario Independiente Las Filigranas de Perder, hemos recibido la feliz noticia de que nuestro texto de creación colectiva "Siete Hierbas y un Gatito" ha sido publicado por Arango Editores dentro de su antología "Señales de Ruta", recopilada y prologada por Juan Pablo Plata.

Siete Hierbas y un Gatito es el segundo capítulo de la novela de creación colectiva literaria El Instalador, ganadora de Mención de Honor en el Premio Nacional de Novela 2002.

El libro Señales de Ruta estará disponible en la 21a Feria Internacional del Libro de Bogotá.

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septiembre 21, 2007

Simas - Poesía de uno de nuestros fundadores


SIMAS
Néstor Pedraza

Inicio la inmersión bajo tu ropa y encuentro mi túnel de Alicia hacia lo onírico, hacia la contundencia de tu piel que me da la bienvenida, que me fascina en la invitación a zarpar tras tu resplandor, directo a tus abismos, sin más brújula que tus pasos. La marea de tus palabras en ascenso diluye el tiempo, inunda los canales de tus rutas para que pueda seguirlos, y me libera a mi abandono, a la fantasía de mi boca transustanciándose en la tuya, mis labios felices entre los tuyos felices entre los míos. Tu piel acoge mis manos, categórica me define la realidad para hacerse sueño tras encender el resplandor de tus ojos, que me conduce hacia tus abismos por los socavones inundados de mi conciencia.

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septiembre 08, 2007

Charla con la Triada en la Universidad Javeriana de Bogotá



Invitamos a todos los miembros, amigos y seguidores de Las Filigranas de Perder a la charla que sus miembros fundadores darán este Martes 18 de Septiembre a las 6:00 PM en el Auditorio Novoa de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia.

Carlos Ayala, Alex Acevedo y Néstor Pedraza hablarán sobre su proceso de creación colectiva, sobre su proyecto Talleres de Creación Colectiva en Literatura y leerán apartes de su obra.

Están todos invitados.

Para tener más información sobre la Triada (aka Triada Luminaria) y el Movimiento Literario Independiente Las Filigranas de Perder, pueden visitar los siguientes enlaces:

http://rednel.blogspot.com/2007/08/literatura-seis-manos-en-la-un.html

http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/articulos/cultura/cultura_20070821_creacion.html

http://www.divulgacion.unal.edu.co/semanal.php

http://www.letralia.com/171/1003talleres.htm

http://edita-t.com/pantalla.htm

http://literaturame.net/Noticiario/2007/09/03/realizan-en-bogota-talleres-de-creacion-colectiva-letralia/

http://lasfiligranasdeperder.blogspot.com/2007/07/por-qu-las-filigranas-de-perder.html

http://lasfiligranasdeperder.blogspot.com/2007/05/qu-y-quines-son-las-filigranas-de.html

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agosto 16, 2007

Tertulia con La Triada en la Universidad Nacional de Colombia



Gracias a la amable invitación extendida por el Área de Cine y Literatura de la Dirección Nacional de Divulgación Cultural de la Universidad Nacional de Colombia, Alex Acevedo, Carlos Ayala y Néstor Pedraza, fundadores del Movimiento Literario Independiente Las Filigranas de Perder, y miembros del colectivo de creación literaria conocido como Triada Luminaria, tendrán un acercamiento con literatos, estudiantes, miembros de la academia y público en general, en un conversatorio que forma parte de la programación de la Franja “Lecturas Inéditas”, en el que hablarán sobre sus proyectos, su Movimiento y su trabajo de creación colectiva.


La cita es el martes 21 de agosto a las 6:00 p.m., en la Sala de Conferencias del Auditorio León de Greiff, en la Ciudad Universitaria (UN, Bogotá). Los detalles de este evento han sido publicados por Unimedios en el enlace Los detalles de este evento han sido publicados por Unimedios en el enlace Conversatorios Sobre la Nueva Literatura Colombiana

Están todos cordialmente invitados. El acceso es gratuito.

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agosto 06, 2007

Creación Colectiva de La Triada en Revista Hojas Universitarias


La revista Hojas Universitarias, de la Universidad Central (Colombia), ha publicado en su edición de abril de 2007 la ponencia "La Creación Colectiva en el Género Negro", escrita a seis manos por Carlos Ayala, Néstor Pedraza y Alex Acevedo, fundadores del Movimiento Literario Independiente Las Filigranas de Perder, y miembros del colectivo de creación literaria conocido como Triada Luminaria.

La Triada presentó esta ponencia durante el II Simposio Internacional de Literatura de la Universidad Central, en septiembre de 2006. En la sección "Actividades de Las Filigranas de Perder", del índice de este blog, se encuentra un enlace que brinda información sobre este evento.

El texto completo de la ponencia también puede leerse a través de un enlace que se encuentra en la sección "Creaciones Colectivas" del índice de este blog.

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julio 09, 2007

Aliento - Poesía de uno de nuestros fundadores


ALIENTO
Carlos Ayala

Quiero dejarme podrir los dientes
lejos de la decencia común y vulgar de los días
me quiero menos social
más lucido y corrupto
como suelo serlo para mí

Digerible para ti
para tus fluidos amantes

Quiero también
perder las encías
la posibilidad estética corporal
ser un poco mas inmundo en mi forma actual

Ser tedioso
angustiante y aborrecer la forma tanto como el contenido del
vulgar aliento.

Dejar la inocencia de mis aparentes saberes
ese sabor incógnito
con aires suficientes
sobre el ángel de la muerte o
sobre ti

Quiero menos asuntos físicos en mi.
Una verdad posible estaría bien
para los demás hombres

Para mi y los míos
un buchajo de sangre y miel edulcorada
los restos depositados en blanquecinos
bolsillos.

Salir a perder los dientes en las manos
adecuadas.
Estar menos adecuado.

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Gángsters de las Vías Urinarias - Prosa de uno de nuestros fundadores


GÁNGSTERS DE LAS VÍAS URINARIAS
Alex Acevedo

ADVERTENCIA: Si usted es de los que creen que una película se le daña si le cuentan el argumento, mejor absténgase de leer lo que sigue, porque aquí sólo encontrará los detalles de una película de principio a fin.


¿Qué mueve a un ser humano a escribir? ¿Cuáles son las motivaciones primigenias de un escritor? Unos dirán que la contemplación de un acantilado, otros dirán que la simple presencia de una insoportable hoja en blanco, y otros más que la convicción de poseer los poderes de Dios, y así. En efecto, las motivaciones del escritor pueden ser tan variadas como un abanico de razas, de olores picantes o de sensaciones táctiles, pero al final, luego de la mirada depredadora y el análisis devastador, quizás lleguemos con Faulkner a la conclusión de que muchas veces uno termina escribiendo para exorcizar un amorío trunco o para amansar un amorío rebelde. Así es al menos el caso de Chimo, en esa riquísima película de Ziad Doueiri que lleva por título “Lila dit ça” (“Lo que Lila decía”, 2004).

La cámara nos transporta a Marsella, llegamos a un barrio bajo, un barrio de extranjeros, principalmente de esa ralea que habla árabe con acento francés, un barrio de desempleados, de ladrones, de vagos. Y en una esquina tenemos a Mouloud El Prepotente junto a sus tres secuaces —Bakary, Big Jo & Chimo—, jóvenes, vagos, ladrones, mientras que en la otra esquina aparece Lila La Rubia y su tía desalmada. Ahora revelemos el dato clave: Lila es bellísima, tiene dieciséis carnudos años y usa unas faldas de puro ensueño. La vemos pasar frente a nuestros ojos taciturnos, va caminando lenta y segura, remolcando su bicimoto, en una tarde llena de luz, y parece como si el mundo se fuera a acabar.

En la siguiente escena aparecen Lila y Chimo, tragándose a sorbos enormes la tarde, en un parquecito del barrio. Cruzan un par de monosílabos de donde uno debe deducir que se están hasta ahora presentando, y a continuación viene una pregunta completamente casual de parte de la angelita rubia: “¿Quieres que te la muestre? ¿Quieres vérmela?”. Y Chimo, igualmente angelical, cree que ha sido cogido fuera de base por primera vez; pensará si acaso: “¿Cómo así? Esta vieja qué o cómo, pero a qué horas, o por qué, y cómo, o mejor dicho de qué mierda me está hablando... Espere. ‘Mostrármela’. ¿Cómo así?”. Y Lila, para enredar más la confusión de Chimo, le aclara que es que a ella le fascina mostrársela a los tipos, a ciertos tipos, pero que la pregunta no es acertijo, ni adivinanza, ni desafío, y él simplemente tiene que decir sí o no antes de que la promoción se acabe, y justamente ya se está acabando. Entonces Chimo sonríe y dice que sí, que sí, que bueno. Y ella vuelve a preguntarle que si mucho o poco, porque hay esas alternativas. Y Chimo dice, pues mucho, mucho, muchísimo, lo más que se pueda. Entonces Lila se monta en un columpio, le dice a Chimo que se haga justo al frente, se impulsa, se sube un poco la falda, abre las piernas y ofrece a los ojos de Chimo ese pedazo de piel labial y vello rubio que tiene forma de cepo, o grillete, o mala suerte, pésima suerte. Pobre Chimo...

¿Y qué puede hacer Chimo luego de semejante villanía? Pues... ¡escribir! O enamorarse, o escribir enamorado, que ya es el colmo. Chimo empieza pues un diario con todas las cosas que le ha dicho Lila. Días después, en un arrebato, le muestra un par de hojas a su maestra en el colegio, y ella, muy seria, muy amable, picada también por la habilidad del cabro, se atreve a hacerle la típica visita al hogar, para decir delante de la madre de Chimo, que su hijo, mi señora, quién lo creyera, tiene talento, tiene futuro, puede servir para ese oficio tan complicado de escribir, y por eso, sin más, le recomienda, mi señora y Chimo, le recomienda presentar solicitud para una escuela en París, una academia donde auténticos escritores le podrán enseñar más y mejor. Chimo le contesta que muy bueno sí suena y todo, pero con qué plata, y ella, la maestra, le dice que no se preocupe por esa bobada, que plata no se necesita, que lo que hace falta es escribir unas cuantas hojas de buena calidad y el resto vendrá por añadidura.

Mientras lo piensa y lo piensa, Chimo decide contarle a sus compinches lo que le dijo la maestra, y ellos —Mouloud sobre todo— cómo no, le recomiendan bajarse de la nube, aterrizar, qué va a ser escritor un pobre hijueputa como él, si los escritores son todos gente de mucho billete, gente que huele bien, tipos correctos como García Márquez, o ¿no lo ha visto al cuchito, todo portable, todo endomingado, de visita en el Comando de Policía de Cartagena? No, Chimo, mijo, lo suyo es otra cosa: el fracaso, el desempleo, las drogas, el hurto calificado, el chuleo, y mirá esta hembra como está de rica... En efecto, va pasando delante de los amigos la bella Lila, pero ahora es la mata del orgullo y no les dirige ni la pizca de una mirada, y con todo y todo, Mouloud siente que ha sido tocado por una mano divina, y se cree por lo tanto en la obligación de casarse con esa mamacita, o por lo menos meterse su buen revolcón con ella. Y Chimo no dice nada, pero sabe que ya va lejos de Mouloud en la conquista de la rica; aún más, sabe que Mouloud nunca tendrá ni el más remoto chance con ella.

Total que otro día, a la salida del supermercado, por pura casualidad, se encuentran el escritor y la musa, y ella le pone su motoneta a disposición, como para acercarlo a la casa o así. ¿Y como hacen para caber los dos en esa máquina de miniatura donde sólo caben cabalmente dos enanos muy flacos? Pues... ¡apercollados, muy juntitos! Ay, y mientras ruedan por el puerto —porque la gracia de llevar a Chimo a su casa era hacerlo por el camino más largo, y ese camino es el que incluye una vuelta entera por Marsella—, Lila le dice que está feliz, que mire si no el rubor que le enciende las mejillas, o el brillo tremendo que le alumbra los ojos, y a que no adivina por qué. Y Chimo no sabe qué decir, parco como es, pero ella le revela el secreto: el sillín de la moto. ¿El sillín? Sí, es que ella acomoda su partes de modo primaveral sobre el sillín, es decir, de forma que la espuma encuentre el acople perfecto con su clítoris, así, a cada salto o desnivel del pavimento, pues... “¿Ya se te paró?”, le pregunta entonces Lila, y Chimo sonríe, y bueno... A veces es difícil ser un buen musulmán, a veces duele de verdad ser hasta un buen inmigrante musulmán en tierras de los bárbaros franchutes, a veces incluso cuesta demasiado ser simplemente humano... Claro, ocurre la pajita más fotogénica de cuantas hayan maquinado los cineastas, una que ejecuta la primorosa mano de Lila mientras ruedan en la motoneta por el puerto de Marsella a plenas cuatro de la tarde. Y lo mejor es que ni usted ni yo vemos nada, nada que no sea la cara adolorida de Chimo, o el rostro sonrosado de Lila. Y su conclusión, y la mía, y la de Chimo, es que Lila no puede ser otra cosa que una mentira ardiente de aquí a Pekín; es decir, esta Lila tan rica y tan puta y tan angelita no puede existir sino en la torcida mente de un pornógrafo avezado, digamos un Steve Hirsch, el de Vivid, por ejemplo cuando se refería a Savanah hablando de un ángel inocente que sólo hacía porquerías. En fin, volvamos, recojamos, un trozo de papel higiénico, si son tan amables...

Sí, efectivamente, así cualquiera escribe, y no una hoja o dos, sino los montones que piden en la escuela de París para admitirlo a uno sin pagar. Pero ahora saltémonos todos los otros detalles del film, y pasemos directo a la curva que busca el final. La desalmada tía de Lila ha salido enloquecida a la calle pidiendo auxilio. Chimo la ve pasar y corre a ver que fue lo que le pasó a Lila esta vez. Mouloud ve pasar como una exhalación a la tía enloquecida, ve luego a Chimo correr a casa de Lila, y dice para sí: “¡Te pillé, malparido! Lo de siempre, el que no parte un plato es porque ya rompió hace rato toda la vajilla. Este puto mínimo se está machucando lo que es mío por derecho natural”, y se va detrás de Chimo. Se hace ahí pegado a la puerta como cualquier vieja chismosa de telenovela criolla, y desde ahí escucha lo que le dice Lila a su amigo: que estaba acostada en su pieza hace un ratico, cuando en ésas se le apareció el diablo a molestarla y amenazarla, y joda y joda hasta que a ella no le quedó otra alternativa que chupárselo; un miembro enorme, tieso, candente, baboso, lleno de azufre; le contó eso a su tía, y ya, salió enloquecida a buscar un sacerdote. Mouloud, elemental, instantáneo, pobre de neuronas, se imagina lo que nunca ha pasado por la cabeza de Chimo: “Esa Lila es tremenda bataclana que no merece otra cosa que una buena tanda de clavo. ¡Y parecía una oveja mansa! ¿¡Cómo es que semejante puta de siete suelas no me para bolas a mí y sí a ese güevonazo que ni siquiera aprovecha!? Ya va a ver. Esto no se queda así. Etc.”

A la noche siguiente, Mouloud se amarra una rasca para cubrirse de valor, arma la gresca de rigor en el bar del barrio y arranca más arrecho que nunca para donde Lila. Un rato después llega al lugar de los hechos Chimo, presintiendo lo mismo que usted y yo, que el perro de Mouloud no aguantó más e irrumpió con la fuerza bruta dentro de la musa rubia. Allí la encuentra, en efecto, Chimo, con el rostro cubierto de lágrimas, la tía desalmada amarrada y amordazada en un rincón, el estropicio, los olores tradicionales llenando la estancia, y lo peor, lo inaudito, lo más triste del puto mundo: una mancha de sangre en la sábana blanca, es decir, la prueba reina de que Lila había creado para Chimo y nadie más que Chimo un personaje lúbrico capaz de enamorarlo. Esa Lila que decía que iba a hacer una película porno como homenaje de amor a Chimo, que decía que se soñaba tirando con un millar de machos arrechos, que decía que no podía creer que en su boca tan pequeña cupieran los enormes vergones que se comía, esa Lila que decía que había estado en los graneros rojos de Estados Unidos y había tirado delicioso sobre una cama de heno, esa Lila era sólo una fantasía que había creado la Lila virgen para seducir al escritor. Pobre Chimo, ahora le toca llorar doble, por la Lila Candente y por la Lila Blanca, ¡qué tristeza infinita! Un par de arabescos más, quizás innecesarios, y empieza el desfile de los créditos.

Claro, no podemos terminar sin hacer el chiste flojo con el nombre verdadero de la protagonista. La rica se llama Vahina Giocante, y más de uno, gente de mal gusto a fin de cuentas, lee Vagina Chocante, o Vagina Crocante, y empiezan a suspirar otra vez. Pero bueno, a parte de nuestro mal gusto, también tenemos que admitir que esta película es sumamente virtuosa en el hecho de narrar tanta vorágine sexual sin apenas mostrar nada para tentar a los censores de imágenes.

Por último vamos a abordar el tema del homenaje de amor. En algún momento, dijo Lila que ella sería capaz de hacerle un regalo de amor inconmensurable a Chimo: lo dejaría filmarla mientras ella fornicaba a placer con un tercero. Entonces la pregunta obligada es: ¿Cómo así? ¿En dónde está la prueba de amor, el regalo de amor? Chimo, con toda razón, dice que eso sería lo más doloroso que pudiera pasarle, ver a la mujer adorada compartiéndose con otro, y que no entiende el punto de vista de Lila. Puede ser que ella considerara que el dolor del observador potenciaba el amor de los dos, o que el amor de los dos se disparara a partir de la contemplación del gozo de ella con el tercero, o puede ser en fin que el regalo de amor consistiera solamente en llevar al observador a la comprensión de que nadie pertence a nadie, o puede ser que… Al final, todo parece indicar que con esta propuesta Lila solamente pretendía hacer que Chimo dejara la quietud y la timidez y se decidiera a actuar en consonancia con el amor que sentía por ella, sólo que por culpa del tercero entrometido de Mouloud todo se fue al carajo, y en consecuencia el señor director Ziad Doueiri tendría que rodar una segunda parte, “Lo que Lila decía II” en donde todo entre Lila y Chimo será bello y perpetuo por los siglos de los siglos, mientras el malandro de Mouloud es sometido a infinitas vejaciones en La Picota o La Modelo, o aunque sea la Cárcel Distrital.

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Pequeña - Poesía de uno de nuestros fundadores


PEQUEÑA
Néstor Pedraza

Ella es pequeñita
y su sonrisa resquebraja toda armadura,
a veces grita y manda cual matrona
a veces baila en la calle y habla con el viento.

Pequeñas son sus manos
grandes sus caricias,
a veces su amor duele
deja moretones y arranca los cabellos.

Con sus brazos pequeños
rodea al mundo y lo hace trizas,
lo recrea con sus dedos
mientras duermo la resaca de los inútiles.

En la noche es un osito de peluche
que duerme con su pequeña sonrisa
y su mano sobre mi pecho;
un osito que patea fuerte y busca mis pestañas con los dedos.

Ella es pequeñita
y su furia nunca es duradera,
compartimos una galleta de chocolate
y nos reímos sin motivo,

como debe ser.

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junio 16, 2007

Color De Muerte, Como Tu Aroma - Poesía de uno de nuestros fundadores


COLOR DE MUERTE, COMO TU AROMA
Carlos Ayala


No podía creerlo
el tajo limpio de lado a lado
no esparcía rojo escarlata tibio y dulzón
era petróleo puro... negrura de calibres indescriptibles
_____(como la palabra misma I N D E S C R I P T I B L E).

Bajaba a tocarme el chupo y nada la acercaba a mí,
__________[bajaba al panteón
ahora después del corte y nada la acercaba a mí.

No adornas mis fijaciones en estertores
no eres más mi víctima número uno.... no lo quiero más.

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junio 15, 2007

De Fugas a Niñas - Poesía de uno de nuestros fundadores


DE FUGAS A NIÑAS
Carlos Ayala

Por aquí ya no hay princesas
de las cuales hacer sopa
virginal.

Por aquí y aquí todas son putas
ardiendo y queriendo cabalgar.

Por aquí, algunos se hicieron
insulsos y beodos después de
viejos para evitar el pensamiento
antiprincipal.

Por aquí seguimos todos, a ver si la
gana se calma fornicando con la ansiedad.

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mayo 28, 2007

Vencido - Poesía de uno de nuestros fundadores


VENCIDO
Néstor Pedraza

Varias lunas atrás
comencé a lanzar guijarros
_____a las estrellas
mas no conseguí derribar alguna.

Varios soles atrás
me dediqué a hinchar mi corazón
_____en el de mujeres,
devoré sin mesura, no sacié mi sed.

Varios compases atrás
decidí dar el toque
_____de retirada,
combatía contra el amor de Narciso.

_____(Disparaste tu cuerpo contra el viento
_____y el viento escupió en tu cara.
_____Dejaste tu rastro suicida una noche
_____entre bailes, copas y rituales vudú.
_____O fue mucho antes,
_____cuando te hartaste de píldoras.)

Varias muertes atrás
perdí mi hilo dorado,
_____perdí.
Combatía contra el amor de Narciso.

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Zopilotes Exquisitos - Narrativa de uno de nuestros fundadores


ZOPILOTES EXQUISITOS
Alex Acevedo

Hallábanse cierta tarde macilenta dos zopilotes amigos encaramados en un árbol. Por allá en la lejanía, en unos riscos que se perdían en el horizonte, había ocurrido un deshielo, un deshielo de amor, y el río bajaba en consecuencia sumamente turbio, lleno de enseres y bellos cadáveres. Agarrados a una rama privilegiada que parecía un palco de primera, los zopilotes contemplaban la corriente que arrastraba tantos platos deliciosos, tanta carne en suculenta descomposición. Sin embargo, no se atrevían a pegar el salto para extraer del río algún bocado, sino que se conformaban con mirar y comparar las cualidades de cada cuerpo.

—¡Qué desperdicio tanta comida húmeda! —reflexionó uno por fin.

El otro se quedó mirando al que había hablado, y volvió sus ojos sobre ese desfile inclemente de redondeces que cargaba el río.

—Habría que ponerla a secar… —añadió con desgano el otro.

—Y el sabor no es igual; nunca es igual —sentenció el primero.

Pronto la oscuridad se abatió sobre los zopilotes y, dándose un apretón de manos de despedida, cada uno emprendió el vuelo a su respectiva casa. Una vez allí, mientras destapaban su respectiva lata de atún, se imaginaban de nuevo sobre el árbol, brincando repentinamente para sacar de la corriente un cuerpo hermoso que destilara sus gotas a medida que ganaban altura. Y comían su atún con desgano, y seguían imaginando un hartazgo de cadáveres húmedos, plenipotenciarios.

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Notas Aclaratorias - Poesía de uno de nuestros fundadores


NOTAS ACLARATORIAS
Carlos Ayala

Aclaremos la situación:

si te violara
me buscarías más allá de mi propia ruina
serías la esfinge solitaria
toda para ti misma
sin ver los restos abandonados de la burla.

Aclárame algo:

si busco verte muerta
ya estas allí
rubicunda de ira
pues los gusanos
no han de dar tregua
¿se hace limpia la aclaración?

Me hago claro:

desde aquí no te veo
supongo que haces más daño
que mi palabra incendiada

Este es el único claro posible:

son los devaneos de mis excéntricas obsesiones
entonces eres una céntrica nadería
la novedad... en cuanto a la rutina propiamente dicha

Salida del juzgado:

La posibilidad de saber dónde hemos estado es totalmente inútil, mis posibilidades inquietas no desean dar importancia absoluta a mis emociones. La razón sigue allí esperando una buena descripción y saber si te vas o te quedas.

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mayo 15, 2007

El Instalador - Capítulo 1


Iniciamos la publicación, en entregas quincenales, de El Instalador, la primera novela de creación colectiva de los miembros fundadores de Las Filigranas de Perder. Esta obra tiene derechos reservados de autor. Permitimos su copia y distribución con fines de difundirla. Está prohibido utilizar esta obra en todo o en parte, de cualquier forma que represente lucro directa o indirectamente.

El Instalador está dividida en tres partes, más una introducción. A continuación, publicamos la portada, bitácora, textos introductorios, y el primer capítulo. Los detalles sobre cómo fue escrita esta novela, los revelamos en la ponencia "La Creación Colectiva en el Género Negro", que aparece en el índice en la sección "Creaciones Colectivas" y por las etiquetas "Creación Colectiva" y "Triada Luminaria".

Esta obra podrá consultarse en su conjunto a través de nuestro índice, por la etiqueta El Instalador, o también capítulo a capítulo, en la sección "El Instalador" del mismo. Deseamos que la disfruten. Esperamos sus comentarios.





EL INSTALADOR
Néstor Pedraza, Alex Acevedo, Carlos Ayala




©2002.


Novela ganadora de Mención Honorífica,
Premio Nacional de Novela Ciudad de Bogotá, IDCT, 2002.


Obra literaria registrada ante la Dirección Nacional de Derecho de Autor por:
  • Néstor Pedraza
  • Alex Acevedo
  • Carlos Ayala

El Instalador es la primera de una trilogía de novelas, junto a Una Temporada de Sal y Manual de Levitación Magnética.



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Es un verdadero sabio quien tiene sus conceptos y realiza sus obras libre de deseo, quien destruye sus obras por el fuego del conocimiento. Quien no desea los frutos de sus acciones, quien está perpetuamente satisfecho sin depender de nada, no obra aunque se introduzca en la acción. No tiene deseos personales, no desea las cosas para su propiedad personal; domina completamente su corazón y su Yo; por ello no puede pecar al realizar las acciones solamente por medio de su cuerpo.

Bhagavad-Gita, capítulo IV



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BITÁCORA
INTRO
  • Final con crescendo vivace
PALEOZOICO
  • Siete hierbas y un gatito
  • Despertar en la inopia: residencias el palmar
  • Manifiesto del descarriado
MESOZOICO
  • Aletear de chimbilá frente a un hombre dormido
  • La sima del dédalo
  • El trabajo os hará libres
  • Para el gozo de la vejez, buenos recuerdos
  • Delivery Express
  • Muertos en almíbar
  • El árbol sin la flama
  • Ping-pong
  • Limones tajados bajo la cama
  • Un amigo es una luz
  • Alguien nos mira
  • En el seno de la vida regalada
  • Servicio 19H (25 decimal): aparcar las cabezas
  • El 20 de enero son las corralejas
  • Perdidos en un mar de…
  • Encuentros cercanos con Bishamon
  • Conócete a ti mismo
  • Final pianissimo con moto
ANTROPOZOICO
  • Caen las hojas en el otoño



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---INTRO---



Pensó en las líneas de Hakim Bey:


“Si te besara lo llamarían un acto de terrorismo. Entonces llevemos a la cama nuestras pistolas, despertemos a la ciudad a medianoche como bandidos ebrios celebrando con una balacera, el mensaje del sabor del caos.

Vístete. Da un nombre falso. Sé legendario. El mejor Terrorista Poético está en contra de la ley, pero nunca es atrapado. El arte como crimen; el crimen como arte”.


Y hundió el acelerador a fondo, con furia.




FINAL CON CRESCENDO VIVACE


El territorio de las artes plásticas de nuestro tiempo ha dejado de ser un universo “ordenado”. Es por el contrario una superficie mestiza, resultado de las inevitables hibridaciones que conlleva la superposición de distintos soportes y técnicas. Hoy día cualquier material, soporte o temática puede ser considerado arte: la libertad del artista no tiene límite previo.


—Máteme, por favor, máteme ya —suplicaba en susurros X-Ray Asylum.

Una figura robusta se acuclilló, e inclinándose un poco sobre X-Ray, lo observó con el pulso firme del carnicero que dispone un bovino en canal sin dudarlo.

—Por favor —insistía X-Ray, o lo que de él quedaba.

Los dientes quebrados, los labios inflamados, la san¬gre y la arena en su boca, no le permitían hablar con claridad. Sus ojos, también llenos de arena, confun-dían figuras y contornos.

—Hay un tiempo para sembrar, y uno para cosechar. Tiempo para nacer, y tiempo para morir—, le dijo una voz de profeta bíblico.

Ante semejante sentencia, toda súplica resultaba inútil. Pero el instinto es más fuerte, y X-Ray no podía dejar de repetir:

—Por favor, no más.

Consciente de que sus ruegos eran vanos, que no importaba cuántas veces repitiera las mismas palabras, no por eso dejaba de insistir. No le quedaba nada más.

—Por favor.

Solo, sintiéndose más abandonado que nunca, quería llorar como crío abandonado de madrugada en medio de la hierba, y sus lágrimas morían atoradas en la garganta. Era la soledad, el dolor en las manos y en el cuello, y en los tobillos. En las costillas y en las güevas, jueputa, en cada centímetro de su carne. No sabía qué le dolía más, los golpes, la asfixia, la impotencia, o la puta soledad, la soledad de toda una vida, la soledad de mil pajazos frente a una pantalla, la certeza de que Paula nunca fue un tal vez, un siquiera, que ya no podría salir de su soledad jamás. Todo por sus habilidades geniales, por salirse de los parámetros, por no querer ser parte de la maquinaria, por pensar, por el perico. “Porque nací con el BIOS mal configurado y el disco duro andando a mil, defectos de fábrica”.

—Máteme, por favor.

Con la respiración un poco pesada por el esfuerzo, por el ejercicio de una tunda sin igual, de una paliza hecha con toda la ira del cosmos reunida en un punto de gravitación infinita. Mejor dicho, con la mierda rebotada hasta el tuétano, con las ganas incontenibles de matar y comer del muerto, con una onda de calor expansiva en todo su cuerpo y una sensación como una voz gritándole que nada es suficiente, que hay que machacar a ese perro contra la pared hasta el fin de los tiempos. Con las piernas temblando de rabia y las manos sudorosas, decidió sentarse por un minuto, no había caso en perder la salud por una basura como ésa.

Ahora se concedía un momento para pensar cómo pudo haber traicionado sus principios, y cómo pudo haber caído en la bajeza del asesino común. Del vulgar que no conoce el menor rudimento de la estética. Que igual puede degollar un cordero que aplastar una mosca. Que no comprende la diferencia entre una obra de arte y una chapuza llena de ira. Eso ni en sus comienzos, cuando equivocadamente quiso darse baños de sangre en una especie de remembranza de los rituales aztecas, alocada y quizás algo burda, pero no sin elaboración.

—Por favor —, se escuchaba el rasguño de una garganta agonizante, flemática y repulsiva, una tos seca y arrastrada.

Todo ha pasado tan rápido, que sólo en este momento de extraño receso, X-Ray comienza a digerir lo que ha sufrido. Amarrado, el cuello inutilizado por una soga que, al tiempo, sujeta sus manos, encalambradas y dormidas, y además hace hormiguear sus piernas amoratando sus pies, en una posición en la que cualquier movimiento sólo le provocaría más dolor, no puede siquiera alimentar la esperanza del suicidio. Hace rato perdió la noción del tiempo, parecen mil años de suplicio, mil millones de años de dolor en soledad, una eternidad para maldecir el día en que nació. Maldecir la suerte de no poder oprimir un botón y reiniciarse, comenzar de nuevo.

La sombra borrosa de manos enormes y callosas, en cambio, en su cálculo exacto, sabe que se ha propasado, que está corriendo un riesgo innecesario. Más de dos horas degollando a un marrano, es grosero vilipendio del tiempo.

La mente de X-Ray, en acto de terrible mezquindad, le recrea las torturas recién recibidas. Arrastrado a la fuerza a un apartamento que parecía una porqueriza, golpeado y esposado, sin atinar a razonar lo que ocurría, fue llevado de los pies hasta un baño más asqueroso que la peor letrina de las prisiones turcas. Arrojado en el suelo frío y percudido de mancha sobre mancha, tembloroso e inocente de la suerte que le esperaba, sometido a una lluvia de patadas en el pecho, el abdomen y la cabeza, tuvo un descanso mientras se le preparaba su siguiente tratamiento. Con un zumbido continuo en los oídos, apenas sintió que su verdugo hacía varios viajes transportando algo con lo que iba llenando la bañera. De repente, muerto de susto, fue levantado de la camiseta y la pantaloneta, y lo siguiente fue la pérdida de aire, merced a varios puños en el pecho y el estómago, antes de que una mano como de hierro le hundiera la cabeza entre la arena, enterrándosela mientras una corriente de fuego le entraba por la nariz y la garganta, destrozándole las mucosas y devolviéndole espesos coágulos de sangre, al tiempo que sus costillas sufrían el castigo de puños brutales, incesantes.

—¿Quién más está con usted, pedazo de hijueputa? Hable, no se haga dañar más. Diga a quién le contó, diga...

Por poco y le arranca los cabellos al sacarle la cabeza de entre la arena. “Deme un nombre y le doy el descanso. Un puto nombre”. Nombre de quién, de qué, qué putas le estaba preguntando. Y otra vez la cabeza a la arena, con una furia de hipopótamo defendiendo a su cría. Y su cabello, otra vez, desprendiéndose de su cabeza. “Déme un nombre, carajo, no sea pendejo”. Lo sentó en el suelo, frente al bidet, y lo dejó allí, como dándole tiempo para pensar. Se aseguró de que el bidet funcionara correctamente, y de que hubiera agua caliente. “¿No quiere colaborar?” X-Ray, todo sudor, sangre, lágrimas y dolor, respiraba por la boca con dificultad, respiraba y escupía un lodazal de arena, babas y sangre, no más, no más, y cada inhalación le provocaba una punzada salvaje en el pecho. Le bajó la pantaloneta y los pantaloncillos, hediondos a orina, y X-Ray mierda, este hijueputa me lo va a meter por el culo, no, no, por favor, maldita sea, por qué a mi, no más, por qué a mi, y en cuatro contra la cerámica del piso, no, no, qué putas hice para merecer esto. “¿Nada que habla? ¿Se las da de muy varón? No se preocupe, que esto se compone.” Le quitó las esposas y con una soga lo amarró de forma que quedó en posición fetal, y ay, qué es esto, la manguera del bidet atravesando el ano a fondo, con agua caliente a presión, dolor, dolor y más dolor ¿por qué a mi? “Le repito, ¿quién lo mandó?” Le continuó preguntando, al mismo tiempo que le hundió con profunda rabia una patada en la base del tabique nasal, produciéndole una copiosa emanación de sangre. De nuevo escuchó la voz, esta vez como un cuchicheo, “¿qué hacemos con usted, ah?” Y otro golpe, esta vez un veloz rodillazo, que le deshizo las encías y le expulsó los dientes en forma violenta.

Todo esto y algo más alcanzó a revivir X-Ray, antes que acabara el receso. Con los ojos enlagunados, entre la arena de las pestañas, logra ver que el tipo se voltea nuevamente hacia él. Los nubarrones de sus ojos le confunden los recuerdos con las imágenes, y ve a su verdugo quitándose el saco y la cartuchera donde guarda un pistolón Browning 45, doblándose luego las mangas de la camisa para comenzar a aplicarle su tratamiento. “Saque el fierro y métame un tiro”, un ruego desesperado, el tiro de gracia. ¡Qué va!, parece que al tipo se le olvidó el arma, lo voltea bocabajo y le pone la bota contra la nuca, y X-Ray se ahoga de nuevo, su cuerpo se sacude en una tos que duele por todas partes, más arena en lodazal, no más, no más. “Por última vez…”

Ya no escucha lo que le dice.

La presión de la bota sobre las cervicales, y el consecuente ahogo por el aplastamiento de la manzana de Adán.

Unas manotas agarrándolo del pelo.

Tirón seco hacia atrás.

Crac.

Separación del cerebelo y el tronco cerebral.

Error de CRC.

Paula.

Divisamos, entonces, desde nuestra altura de rascacielos (entiéndase el rascacielos como puro deseo, lo que pudo ser y por la redomada dureza de las circunstancias no llegó a ser), a Paula y X-Ray Asylum, caminando por una callejuela de Beijing una tarde de otoño, luego de meses de clandestinidad y sótanos oscuros. Hoy por fin volvían a salir a la luz del día. No van tomados de las manos, pero hasta aquí nos llega un viento premonitorio, el presentimiento de que muy pronto se abandonarán a la fantasía de confiar una mano en otra. La callejuela ha sido bañada en llovizna menuda, y está tapizada de flores de ciruelo y hojas rojas, hojas secas. Un parsimonioso anciano de sombrero y barba blanca empuja su carrito con huesos de melocotón; vocea su mercancía entre marejadas de ciclistas, mientras deja que sus pensamientos se extravíen en sedas y dinastías ancestrales, cuando los emperadores Wu-ti y Shih-Huang.

En este momento, vemos que Paula se detiene y gira su cabeza siguiendo la trayectoria de una mariposa. X-Ray Asylum, por su parte, se mira los dedos de sus manos, las uñas, cortas, mascadas, y piensa que nunca en su vida ha estado más lejos de casa. Al doblar la esquina hacen una nueva parada para leer un cartel que se halla pegado en un muro. Se trata del anuncio de la llegada a la ciudad de un gran mago clásico, de aquellos que crecieron en el bosque de bambú y tuvieron como único guía y único alimento el Libro de los Cambios.

No sabemos si decidan asistir a la función del mago esta noche o mañana o el sábado. No sabemos si algún día no muy lejano emprendan por fin una vigorosa travesía a las nieves del Norte, o cumplan el sueño de mojar sus pies en las aguas del río Amarillo y besarse bajo la sombra de un almendro. Por lo pronto, los vemos alejarse en el alboroto de la callejuela, rumor de patos salvajes, difuminarse entre el gentío, reducirse a puntos minúsculos, granos de arena sobre un loto venenoso que solemos llamar rutina.

Suena entonces el coro del famoso “China” de Tori Amos, y quemando varas de incienso, nos ocultamos otra vez tras el cortinaje de donde nunca debimos salir:

I can feel the distance getting close
you're right next to me, but I need an airplane
I can feel the distance as you breathe
...the great WALL around you...

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